Hasta hace unos meses pensábamos que el confinamiento social, a causa del #COVID, duraría tan solo unas semanas. Por lo que la modificación de nuestra rutina o estilo
de vida era visto como un cambio pasajero que pronto regresaría a la normalidad.
Nada de eso ha pasado, y lo cierto es que, un año después después, seguimos intentando
adaptarnos a la llamada “nueva normalidad”, dejando a un lado el hecho de que lo que
ahora tenemos frente a nosotros es una nueva realidad. Este proceso de #adaptación, a
nuevos hábitos y costumbres, que tienen que ver con una nueva realidad, ha traído
consigo una serie de problemáticas, a nivel emocional y #psicológico, como el #estrés y la
#ansiedad, que se relacionan justamente con esta situación de aislamiento y
distanciamiento social, situaciones a las que hemos tenido que recurrir y que se ha
prolongado indefinidamente. Esta dinámica de aislamiento y distanciamiento social,
así como sus consecuencias a nivel #psicológico y emocional, han terminando afectando
tanto a niños, adolescente y adultos por igual.
Se habla de una nueva realidad, porque gran parte de las modificaciones que hemos
hecho dentro de nuestros hábitos y conductas, tienen que ver precisamente con ese
esfuerzo por hacer frente a la situación sanitaria actual, pero también con esa lucha
constante por combatir el confinamiento y el aislamiento social, intentando por
diferentes medios mantener las actividades, de la forma más normal posible, que en
algún tiempo atrás, teníamos. Actividades cotidianas como el trabajo y el estudio, se
han visto profundamente afectadas en la forma en que pueden ser practicadas. El
trabajo desde casa y la educación a distancia se han convertido en una opción viable
para diversos sectores de la población, no sin sus respectivas complicaciones. Sin
embargo, hay algunos otros cambios en nuestros hábitos cotidianos, que al menos en
el futuro cercano, tendremos que adoptar y asimilar, y que al igual que el trabajo y la
escuela, son importantes para nuestro desarrollo y bienestar emocional. Nos referimos
a los relacionados con la convivencia y esparcimiento social, como las reuniones o las
fiestas.
De manera reciente, pensando sobre todo en las celebraciones y en las épocas
vacacionales de los últimos meses, la modificación de nuestra forma de socializar e
interactuar, es algo que se ha hecho evidente. Las grandes reuniones sociales, la visita
de familiares que residen fuera de la ciudad, así como los acostumbrados festejos
laborales, son algo que se ha tenido que dejar de lado. Y si bien, como mexicanos,
tenemos una propensión al contacto físico y a las grandes festividades, esta nueva
realidad invita a buscar nuevas formas de contacto y acercamiento que vayan más a
allá del plano físico y presencial, para poder llevarlas a cabo. Hablar de nuevas formas
de interacción, y no de una limitación de la misma, es importante, debido a nuestras
características innatas por socializar y a los efectos tan positivos que la interacción con
los demás nos deja. Las charlas con los amigos y las platicas con nuestros seres
queridos y familiares, son la mejor manera de sobrellevar este confinamiento causado
por la pandemia. El poder compartir nuestras vivencias, y los conflictos que la situación
actual nos ha traído, nos ayuda a que anímicamente podamos sentirnos mejor, ya que el sabernos escuchados por alguien genera en nosotros una sensación de #acompañamiento y de contención, que puede ser traducido en bienestar emocional.
Mantener comunicación con las personas que apreciamos es algo que no podemos
perder, pero tenemos que tener en claro que ese contacto y esa comunicación ya no
pueden ser de la misma forma en que lo eran antes, al menos en este momento, y que
tenemos que buscar nuevas vías para mantenerla. Aunque tal vez no son aquellas
formas de interacción a las que estábamos acostumY aunbrados, logran que ese vinculo que
tenemos con los demás no se pierda. Charlas telefónicas, mensajes o #videollamadas,
son una opción viable, pero sobre todo segura, en estas fechas. Enseñar a los
mayores, a nuestros padres o abuelos, sobre la posibilidad que las nuevas tecnologías
tienen en temas de comunicación, es un ejercicio clave en estos momentos, fomenta
la convivencia y la comunicación y puede ser una gran herramienta contra el
aislamiento. Qué mejor muestra de afecto podemos dar a las personas que
apreciamos, sino es preocupándonos por su salud, teniendo comunicación con ellos, aunque sea a la distancia.
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