La importancia de los juguetes en la vida emocional de los niƱos y niƱas
- Esther SolĆs
- 6 ene 2022
- 6 Min. de lectura

Los juguetes son un dulce recuerdo en la vida adulta, y cuando se acercan fechas navideñas, en la que se vuelven protagónicos sentimos la nostalgia de los momentos en los que nosotros fuimos #niños y extrañamos especialmente algún juguete, nos preguntamos que habrÔ sido de ese carrito, esa muñeca, etc. ⦠podremos no saber a ciencia cierta dónde se encuentra ahora, pero tenemos la certeza de que tenemos un espacio para ese pequeño objeto en nuestros agradables recuerdos de infancia.
El psicoanĆ”lisis nació durante la bĆŗsqueda de la cura de pacientes adultos, entre sĆntomas histĆ©ricos, amores ocultos, deseos incestuosos y estructuras que se revelaban poco a poco ante la mirada y la escucha de su creador Sigmund Freud quien al darse cuenta de la constante aparición de recuerdos infantiles notó la importancia de las vivencias infantiles, de esa manera el desarrollo infantil aparece pronto en sus descubrimientos y un buen dĆa gracias a su curiosidad cientĆfica le dio valor al juego de su nieto.
En āMĆ”s allĆ” del principio del placerā Freud describe āel juego del carretelā como una elaboración que le permitió a su nieto simbolizar el dolor psĆquico que surgió ante la partida de su madre, abriendo de esta manera un nuevo mundo de exploración para el psicoanĆ”lisis, el mundo de los juegos y los juguetes como las herramientas que permiten al niƱo elaborar sus vivencias.
Winnicott observa que en el principio de la vida el #niƱo estĆ” psĆquicamente fusionado con la madre o con la figura que la represente, en un segundo momento, mediante un proceso complejo, el niƱo, rechaza y despuĆ©s reincorpora la imagen de la madre para poder mirarla objetivamente, como un ser distinto de Ć©l, este proceso se facilita si la madre tiene la posibilidad de responder al #niƱo y devolverle lo que Ć©l le envĆa, es una madre que va tejiendo con un ir y venir de hilos que van entre SER lo que el #niƱo tiene la capacidad de encontrar y SER ella misma, esperando con mirada paciente que su #niƱo la encuentre.
El #niño entra asà en el goce que le ofrece la sensación omnipotente de poder controlar algo de lo real.
La importancia del objeto transicional destaca por ser el objeto del mundo externo que tiene una función de sostener al #niño es el caminar vacilante que lo lleva hacia la separación de la madre, es fundante en la constitución de su narcisismo, en la integración del yo y de la distinción del mundo que lo rodea.
Winnicot seƱala que lo mĆ”s importante del juego āes lo precario de la acción recĆproca entre la realidad psĆquica personal y la experiencia del dominio de los objetos realesā (WINNICOTT, D. p72)

El mundo de las representaciones estĆ” ya a la vista del psicoanĆ”lisis y asĆ como el adulto se relaciona en la cotidianidad a travĆ©s de las transferencias que hace de sus objetos internos, de la misma manera, el #niƱo transfiere sus objetos internos en los# juguetes, en los que deposita una carga libidinal desbordada de energĆa creadora de un mundo alterno en el que toman vida sus #juguetes preferidos, les da voces que los distinguen, diferentes habilidades, voluntades y roles, asĆ como sus sueƱos, se confunden con la realidad, el #niƱo viaja a travĆ©s de sus #juegos a su mundo interno y platea las preguntas de su existencia con la ayuda de sus juguetes, desarrolla hipótesis de soluciones posibles, elabora y reelabora, asĆ como el #juego del carretel, va y viene con preguntas y respuestas, una y otra vez los #juegos se repiten sirviendo de puente al pasar de un conflicto a otro, de una pregunta a otra, de una etapa a otra, en el mejor de los casos el #niƱo va creciendo y sus #juguetes van cambiando porque sus preguntas son distintas y surgen necesidades y habilidades diferente, hasta que un dĆa los #juguetes se quedan guardados y poco a poco se van llenando de polvo⦠quizĆ” porque respondieron las preguntas o porque su función de dulce acompaƱamiento terminó.
Me parece que la importancia que los #juguetes tienen en el #niƱo estĆ” anudada a la representación de constancia de los objetos, la sensación de pertenencia, de ser el propietario de algo del mundo exterior, del No-Yo que tambiĆ©n puede poseer y que a su vez es el depositario, cómplice, testigo de las vivencias psĆquicas que le van dando estructura, que van formando su personalidad. Creo que en medida en que un #niƱo puede disponer de sus juguetes puede encontrar en ellos una herramienta constante, incondicional que respalde su sana configuración psĆquica una mayor fortaleza emocional.
Los #juguetes pueden ser considerados algo sin importancia y en la vida de los padres pueden ser mĆ”s una molestia mĆ”s que limpiar o un apoyo para entretener al #niƱo, pero en la mente del #niƱo los #juguetes son mucho mĆ”s que eso. No quiero decir con esto que a los #niƱos hay que comprarles todos los #juguetes que pidan⦠No⦠lo que digo es que es importante saber que algunos #juguetes llegan a tener esa carga emocional que ayuda a la elaboración de los procesos psĆquicos del #niƱo y mediante el #juego intenta dar respuestas a las preguntas del inconsciente y asĆ forma su estructura de personalidad, por lo que tambiĆ©n es importante permitirles reponerse cuando se les niega comprar un #juguete nuevo porque de esa manera va creando una manera de negociar las pĆ©rdidas y frustraciones que vendrĆ”n en la vida y de poco a poco recuperar su estabilidad, quizĆ” reemplazando su interĆ©s por un #juguete que ya tenĆa o con un #juego con una persona significativa, tal como lo seƱalo Freud en su interpretación en el Juego del carretel de su nieto.
āLa interpretación del # juego resultó entonces obvia. Se entramaba con el gran logro cultural del niƱo: su renuncia pulsional (renuncia a la satisfacción pulsional) de admitir sin protestas la partida de la madre. Se resarcĆa, digamos, escenificando por sĆ mismo, con los objetos a su alcance, ese desaparecer y regresar. ā (FREUD,S. p 15)
Y siguiendo esa lĆnea de formación de un psiquismo fuerte, renunciar a tener TODOS los #juguetes es necesario para el #niƱo.

Sin embargo, quiero seƱalar lo que considero un equĆvoco cultural en relación al uso de los #juguetes y la manera en la que en algunas familias se les OBLOGA a COMPARTIR sus #juguetes a los niƱos.
considero que obligar a un #niƱo a compartir sus #juguetes le resulta tan agresivo porque estĆ”n cargados con una fuerza libidinal importante, en cada #juguete estĆ” un pedacito de su corazón y cuando es obligado a prestar su #juguete a otros el mensaje inconsciente puede ser despersonalizado, una ataque a su amor por si mismo sumamente doloroso, lo vemos en #niƱos que se tiran al suelo y lloran y gritan o que se arrinconan tristemente y dejan de #jugar para mirar como otro #niƱo juega con su #juguete, como queriĆ©ndole cobijar con su mirada, no perderlo con la esperanza, quizĆ”, de recuperarlo quizĆ”s sintiendo la perdida de todos los afectos que ya deposito en ese, su #juguete, el que ya le pertenece, no es la renuncia a un #juguete nuevo, es la separación de un #juguete en el que ya tenĆa depositado su mundo interno. Los padres reducen a nada su dolor diciendo que es un berrinche y culturalmente los padres son aprobados como ābuenos padresā al obligar a su hijo a compartir, pero el costo de la aceptación social puede ser muy alto.
Considero en base a mi experiencia en guarderĆa que los #niƱos prestan sus #juguetes con mĆ”s facilidad si estĆ”n seguros que los pueden recuperar en el momento que ellos quieran, cuando tienen la certeza de ser respetados en su cuerpo, pertenecĆas y necesidades.
Si enseƱamos el respeto a las personas y a los objetos tendrĆamos niƱos mĆ”s seguros, con una mejor diferenciación de ellos y el mundo externos y mejor validados en sus emociones.
Me surge una duda⦠¿si obligamos a un niƱo a prestar sus juguetes eso podrĆa tener una equivalencia a obligarlo a permitir el uso de su cuerpo a las voluntades de otros?
¿Podemos desde educar en el respeto de sus objetos y el respeto de los objetos del otro hacer prevención de abusos que pueden trascender hasta lo sexual?
Yo considero que sà podemos hacerlo, por eso mi propuesta es darle a los #niños el derecho sobre sus #jueguetes y la obligación a respetar los #juguetes de otros #niños, compartir llegarÔ de manera natural porque lo mÔs valioso de un #juguete llega cuando la diversión del #juego con otros #niños los conduce al encuentro de su subjetividad y la creatividad crece en sus mentes para fortalecer sus corazones con confianza, respeto y dignidad.
Winnicott, D.W. Realidad y juego. Granica editor. 1972. Buenos Aires. Ā“
Freud, Sigmund, Obras completas, Ed. Amorrortu, Argentina, 2007, (TOMO XVIII, 1920-22)
Psic. Leticia MartĆnez Meza
Atención psicológica a niños, adolescentes, adultos y parejas
Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara