Ćtica y regulaciĆ³n institucional en la clĆnica psicolĆ³gica
- Esther SolĆs
- 8 abr 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 2 feb 2022
Sobre la necesidad de la intersecciĆ³n de la Ć©tica en anĆ”lisis y la regulaciĆ³n institucional de la clĆnica psicolĆ³gica.

El horrible caso de #GabrielVallejo en #Guadalara #MĆ©xico es el sĆntoma de la deficiencia estructural en dos tĆ©rminos concretos; en la incompetencia de las autoridades de impartir justicia en la mayorĆa de los casos de violencia de gĆ©nero y en la deficiencia sistĆ©mica de una adecuada regulaciĆ³n de la prĆ”ctica clĆnica/terapĆ©utica.
ĀæDe quĆ© caso hablo?
No pretendo entrar en los escabrosos detalles del caso, solo delinear la problemƔtica que este implica.
En diciembre del aƱo 2020, se denunciĆ³ por medio de #redessociales y de las vĆas pertinentes de justicia al āpsicoanalistaā (nĆ³tese las comillas bajo la que se nombra) Gabriel Vallejo de varios #crĆmenes; #Pederastia, #violaciĆ³n, coacciĆ³n y #amenaza son los que se encuentran hasta arriba de la lista perpetuados contra #pacientes y gente cercana a Vallejo.
Es totalmente reprobable que esto se de en cualquier caso, sin embargo, el agravante preocupante de todo esto es de la posiciĆ³n que ocupaba el victimario frente a sus vĆctimas; a saber, una posiciĆ³n de #poder como āprofesional de la #saludmentalā.
Este caso abre el espacio para cuestionarse la necesidad de una #regulaciĆ³n que, institucionalmente hablando, salvaguarde la integridad de los y las pacientes frente a prĆ”cticas poco Ć©ticas de clĆnica psicolĆ³gica.
ĀæAcaso es que no existan estas instituciones que ayuden a regular las prĆ”cticas clĆnicas? Si las hay, desde privadas (como el colegio de #psicĆ³logos, conformado por el gremio) hasta pĆŗblicas (como la propia secretaria de #salud), sin embargo, su presencia en la resoluciĆ³n de este tipo de problemĆ”ticas brilla por su ausencia, asĆ como su posicionamiento frente a otro tipo de āpracticas terapĆ©uticasā que no es menos que simplista.
Esto es importante en el contexto propio del #psicoanƔlisis, que dentro de la esfera de #profesionistas esta visto con malos ojos, y el caso Vallejo no ayuda en dar una buena imagen a la #sociedad civil.
ĀæQuĆ© hacer entonces?
La propuesta de una reforma a las legislaturas en materia de salud mental siempre se ha encontrado a flote en el debate entre #psicĆ³logos y #psicĆ³logas, sin embargo, la perspectiva carece de un verdadero cambio en mejorĆa de la regulaciĆ³n de las prĆ”cticas clĆnicas. En su mayorĆa las propuestas emergentes estĆ”n orientadas a tecnologĆas individualistas y atomistas, especialistas en sentido de que quienes deben regular este tipo de prĆ”cticas sean los mismos quienes las practicas, a saber los psicĆ³logos y psicĆ³logas clĆnicas. Esto causa una alienaciĆ³n que no permite el correcto distanciamiento de lo hecho por uno mismo, y entonces se desvalida por completo cualquier otra visiĆ³n, en especial la del paciente.
Innumerables casos ha habido de pacientes que denuncian practicas terapĆ©uticas cuestionables y que el mismo gremio intenta justificar (los motivos son varios, no los abordaremos aquĆ), quitĆ”ndole validez al paciente en su sentir y su determinaciĆ³n dentro del mismo proceso democratizador de la prĆ”ctica clĆnica.
Mi posicionamiento es el tratar de empatar y abrir espacio al psicoanĆ”lisis (y su postura frente al otro) en esta democratizaciĆ³n/politizaciĆ³n.
Es entonces pertinente mencionar la dimensiĆ³n Ć©tica en psicoanĆ”lisis, dejĆ”ndonos de lado estas interpretaciones estĆ©riles e idealistas que pretenden condensar dicho campo en la famosa frase āLa Ć©tica del buen decirā que poco o nada tiene que aportar. La #Ć©tica en psicoanĆ”lisis tiene que ver con la #escucha del otro, y como esta escucha no es un mero acto pasivo, sino activo. Es asĆ que la Ć©tica del psicoanĆ”lisis no tiene que ver solo con el analista, sino con el paciente tambiĆ©n, y viceversa.
Es preciso no ceder a esta idea burguesa de que el paciente no contiene determinaciĆ³n en āel camino de la #curaā, puesto que es bien sabido que dentro del consultorio el paciente va delimitando la prĆ”ctica del #terapeuta, en un sentido #inconsciente claro estĆ”. De ahĆ que sucedan estas intervenciones que no son captadas por el paciente por infinidad de motivos, cosa que causa un decurso en la prĆ”ctica del terapeuta hacia otro lado.
Es esta posiciĆ³n la que propongo traducir al terreno material de la #polĆtica. Que esta determinaciĆ³n en primera cuenta inconsciente devenga consciente y pueda ser articulada en #quejas, #dudas, #sugerencias sobre la prĆ”ctica clĆnica del psicĆ³logo, y que este a su vez se cuestione su propia prĆ”ctica, tomando distancia a partir de un comitĆ© que emita una visiĆ³n descentrada de cierto tipo de tĆ©cnicas terapĆ©uticas.
El camino propuesto no es fĆ”cil, pero cuando se habla de la clĆnica nada es realmente fĆ”cil.
AtenciĆ³n psicolĆ³gica a adolescentes y adultos
AsociaciĆ³n Libre - PsicĆ³logos en Guadalajara