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Artículos sobre Ayuda Psicológica


Violencia en la familia
Violencia en la familia

Las amenazas con hacer daño a uno de los hijos o realizarlo con el afán de tener control sobre la pareja no es algo novedoso, ha ocurrido desde generaciones atrás y ha sido un motivo significativo por el que se han sostenido interacciones de progenitores durante largos periodos por el miedo y angustia que provoca el sentir que las amenazas se vuelvan realidad o el sentimiento de indefensión cuando hay momentos en los que si se infringe algún tipo de daño sobre los hijos, sin embargo, anteriormente la violencia doméstica era menormente considerada.

Los hijos representan un vínculo de gran importancia para la mayoría de los padres, es por ello que en muchas ocasiones cuando existen conflictos entre ellos, se utilizan como medio para causar presión en una de las partes y que el otro tenga beneficios o control sobre ciertas áreas de la relación o interacción que existe entre los padres, esta es una de las señales de lo llamado #violencia vicaria que se describe a continuación.

En la actualidad, los movimientos en progreso del apoyo a mujeres principalmente, ha permitido abrir una brecha y poder observar con lupa minuciosamente, acciones que pasaban con regularidad en las parejas o progenitores pero que, esa recurrencia no indica que sea normal, por lo que se han ido poniendo en palabras a actos de violencia que no eran tomados en cuenta, pero conforme se van estudiando, se pueden ir observando los efectos y daños que llega a crear, estando presente en violencia física y/o psicológica. Cuando ocurre de forma indirecta por medio de los hijos o los seres queridos, a este tipo de violencia se le denomina #violencia vicaria.


¿QUÉ ES LA VIOLENCIA VICARIA?


Se denomina a una forma de violencia por la que una persona quien por medio del ataque a una hija o un hijo sea de dicha relación o anterior con el objetivo de causar dolor al progenitor.

La mayoría de las veces la #violencia vicaria se produce por el mayor abuso que puede ejercerse sobre menores de edad, pero esto no es exclusivo, puede ser un hijo que haya alcanzado la mayoría de edad, lo que es de interés de agresor es que el vínculo afectivo que se tiene hacia quien se dirigen los actos sea importante, es decir, que también la amenaza puede incluir el hacer daño a los padres de la víctima, hermanos, o cualquier familiar que sea importante para la víctima.


Violencia vicaria
Violencia vicaria

La psicóloga clínica y feminista argentina Sonia Vaccaro fue quien acuñó la expresión #violencia vicaria definiéndola de la siguiente forma:

Es aquella violencia que se ejerce sobre los hijos/as para herir a la mujer. Es una violencia secundaria a la víctima principal, que es la mujer. Es a la mujer a la que se quiere dañar y el daño se hace a través de terceros, por interpósita persona. El maltratador sabe que dañar o asesinar a los hijos/hijas es asegurarse de que la mujer no se recuperará jamás (Sonia Vaccaro, 2016).

La #violenca vicaria provocan una «tortura mental» y el «vivir con el miedo y terror», que son los objetivos perseguidos por el agresor. Las personas que son víctimas, pueden pensar más de alguna ocasión en salir de esas relaciones, identificando los signos de violencia que tienen o por el sufrimiento que causa estar con ese tipo de vida, a pesar de ello, la mayoría de las veces se quedan enfrascados o paralizados pues cuando se plantea la separación, cuando se produce el divorcio y, especialmente, cuando la hay una nueva pareja, es cuando estaría más expuesta a este tipo de violencia.

Le #violencia vicaria se considera una de las formas de violencia de género ya que las cifras arrojadas es que se ejercer sobre mujeres.


¿CÓMO RECONOCER LA #VIOLENCIA VICARIA?




La #violencia vicaria puede tener diversas manifestaciones, pero entre las más comunes se encuentran:


  • Amenazas de llevarse a los niños y niñas, quitarle la custodia o incluso matarlos.

  • Aprovechar la presencia de los hijos e hijas para insultar a la madre, hablar mal de ella, humillarla y amenazarla.

  • Interrumpir los tratamientos médicos o de los niños y niñas cuando requieren o suprimir necesidades básicas con el fin de dañarlos que se relaciona con la violencia económica.

  • Abuso sexual del menor

  • Romper o dañar objetos de apreciación personal para el menor, el cual al sufrir, el progenitor indirectamente también se ve afectado.


Es de suma importancia reconocer y actuar cuando se conoce a alguien o se es víctima de #violencia vicaria, ya que dentro de los niveles de daño sobre los hijos, las cifras en la que los casos si han llegado al homicidio de uno de los hijos cada vez ha ido en aumento.

En México se está expandiendo cada vez más la aprobación de leyes que castiguen la #violencia vicaria que engloba a su vez varios subtipos de violencia que se pueden estar infringiendo.

Ante cualquier duda puedes acudir con un abogado defensor o instancias del gobierno como DIF Instituto de la Mujer o profesionales de la salud mental que puedan asesorar y acompañar en caso de este o cualquier otro tipo de violencia, pues en cualquiera de sus formas, deja daños significativos a todas las víctimas.


Psicóloga Carolina López

Psicóloga de niños, adolescentes, adultos y parejas

Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara





  • 9 dic 2021
  • 3 Min. de lectura

Cuidado con las señales de alerta o redflags

Hace poco la tendencia en redes sociales acerca de las #redflags tomo impulso para señalar aquellas conductas, gustos o hábitos que podrían ser indicios de #alarma en una persona, como una conjunción de signos preventivos de que podría ser desfavorable relacionarse con alguien. Se habla de ellas como una especie de previsión, así como las banderas rojas que se encuentran alrededor de un camino peligroso o en construcción para alertar a las personas del cuidado al transitar, el termino hace referencia a los riesgos a los que hay que estar alertas para identificar si son un #peligro eventual en una relación. Es un concepto que puede ser utilizado en diferentes tipos de vínculos desde relaciones familiares, de amistad, sexoafectivas o laborales, y aunque se impulsaron con un tono divertido entre memes y bromas, la realidad es que las red flags pueden tanto encasillar comportamientos como pueden ayudar a reconocer personas perjudiciales o con ideales opuestos a los personales.


Mientras que para algunos identificar que una persona es desorganizada o impuntual puede pasar como algo sin mucha relevancia, para otros esto puede ser una señal acerca de la manera en la que dirige su vida en general, pues lo que para ciertas personas es un problema para otros puede no ser así, entonces ¿Qué es lo que hace a una conducta una red flag? Sin importar el tipo de relación, la interacción entre dos personas conlleva un proceso de ajuste mutuo, se puede dar entre comportamientos que son molestos para la otra parte de la relación, por ejemplo, una negociación puede apoyar a lidiar con rasgos incomodos que son hasta cierto punto tolerables, sin embargo hay puntos personales con los que no hay medida de acuerdo. La clave particular es la claridad que se tenga acerca de estos puntos que son innegociables y de que tan importante o intensa sea la diferencia de pensamiento, hay ideologías personales con las que no hay lugar a debate acerca de que tanto se puede dejar de pensar de cierta manera, como integrar movimientos sociales o la religión que se profesa, pues son convicciones particulares que marcan la identidad.



No normalicemos o romanicemos las conductas violentas.

Identificar que comportamientos no pueden ser tolerados tiene que ver con atender esa sensación interna de que algo no está marchando bien, de que esa persona genera sensaciones confusas. Sí por mucho tiempo se normalizaron conductas #violentas en las relaciones personales, atender a esta señal interna puede ser complicado de percibir. Viralizar el tema de las red flags ayuda a #visibilizar este tipo de conductas invalidas que para algunas personas puede ser más difícil de leer. Es común que después de terminar relaciones conflictivas exista culpa por no haber podido detectar antes las señales de que ese vínculo no era sano, sin embargo en el momento en el que se establecen esas relaciones, influyen diferentes circunstancias y contextos que son diferentes a los que la experiencia ha dejado, ayudando a percibirlo de forma diferente. La sensación de culpa puede llegar a bloquear el aprendizaje y la toma de acciones de autocuidado, el acompañamiento de un #terapeuta puede apoyar a hacer más visibles estas señales ocultas, para aprender nuevas formas de relacionarse.


Por otro lado, la tendencia en redes sociales llega a encasillar algunos comportamientos, evitando que se nombren esas conductas molestas que tienen opción de ser dialogadas, uno de los principales recursos para desarrollar puntos de encuentro. La predisposición a la conducta del otro hace desechable el vínculo y es un obstáculo para identificar qué es eso que causa #malestar. Diferenciar entre una señal de advertencia y una señal de desafío no es sencillo y es un trabajo constante de autoconocimiento de límites en las relaciones afectivas. Es importante estar atentos de los puntos en los que se cede de manera incondicional, y de cuando se hacen esperando algo equitativo a cambio, pues la espera de compensación pesa sobre la relación.


Ser conscientes de lo que gusta y disgusta en una relación y como eso puede ir variando con el tiempo y de una relación a otra, reconocer las propias red flags que se prenden al relacionarse afectivamente con una persona y hablar sobre todo ello exponiendo esa parte interna, son diferentes formas de afirmarse de manera satisfactoria y sana dentro de un vínculo.






Psic. Estefany Hernández

Atención psicológica a niños, adolescentes y adultos.

Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara



  • 1 oct 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 24 may 2021


Mi pareja me golpeó ¿Qué hago?

Es sumamente frecuente que acudan al consultorio personas que solicitan iniciar un proceso terapéutico a causa de que son víctimas de violencia. Igualmente, esto se ha reflejado recurrentemente en las redes sociales que tenemos en Asociación Libre en donde nos solicitan terapia psicológica a causa de ello. Desafortunadamente, es común que nos encontremos en nuestro correos con frases tales como: “Mi pareja me pegó ¿Qué hago?” “Mi pareja me golpea.” “Soy víctima de violencia, ¿Qué puedo hacer?” “Mi novio me golpea.” “Mi novia me golpea cuando está enojada.” “Mi pareja es muy celosa, ¿qué hago?”.

Nadie debe ser objeto de violencia, el hecho de que ocurra una mínima muestra de violencia ya es una señal de alarma, no obstante, sí tenemos que tener presente que hay situaciones de peligro inminente o inmediato para lo cual es necesario intervenir de forma rápida. Un primer paso que podemos realizar es solicitar atención psicológica dado que esta es un elemento importante para la atención emocional de la víctima de violencia puesto que provee de apoyo para enfrentar este tipo de problemáticas, así como también para analizar situaciones de nuestra historia personal que pueden estar vinculadas a los sucesos de violencia, incluso, esta nos permite cuestionar las ideologías con respecto al género y los roles con las que crecimos o nos desarrollamos como individuos. También los procesos terapéuticos impartidos por nosotros los psicólogos sirven para detectar hechos, acciones y situaciones de violencia de las que no estábamos conscientes.



Mi novio me golpeó ¿qué puedo hacer?

Sin embargo, no se puede solucionar solamente con un proceso terapéutico, principalmente cuando existe un riesgo inminente de que la víctima sea atacada y esté en peligro su integridad, de allí que es necesario que las y los profesionistas en psicología intervengamos de forma multidisciplinaria y con diferentes medios y estrategias para preservar la vida de quienes sufran violencia.

Sabemos que se requiere de todo un camino para que la víctima logre iniciar un proceso legal en contra de su agresor, no es una decisión sencilla dado que la víctima de violencia se enfrenta a diversos factores adversos tales como: una reacción negativa por parte de familiares y por temor a que el agresor se torne mayormente violento. Igualmente existe un temor y decepción hacia las autoridades al momento de interponer una denuncia dado que ocurre un fenómeno que se le identifica como proceso de revictimización en el cual suceden varias cosas, entre ellas suelen ser las siguientes:

  • Que las autoridades no le brinden el apoyo requerido a la víctima.

  • Si se le toma la denuncia, que existan comentarios en el que se le juzga o desestima el dicho de la víctima.

  • En peor medida, se culpa a la víctima del suceso que le aconteció.

  • Es importante mencionar que el mismo proceso de denuncia es complicado y pesado en sí mismo, dado que requiere de tiempo para explicar o relatar en múltiples ocasiones la situación traumática de violencia e incluso requiere de intervenciones de diferentes profesionales (personal médico, trabajadores sociales, psicólogas, psicólogos, abogados, abogadas, etc.), lo que genera mayor incomodidad y desgaste emocional a la víctima.

Debido a lo anterior, el proceso psicológico también interviene de forma positiva dado que lxs terapeutas o psicólogos además de acompañar afectivamente en el proceso, también pueden brindar información acerca de las instituciones a las que lxs pacientes víctimas de violencia puede acudir a solicitar ayuda de forma oportuna, así como también puede brindar herramientas de preparación ante la situación complicada de una posible denuncia. Del mismo modo, el proceso psicológico también contribuye a que la víctima de violencia establezca redes de apoyo y encuentre el momento preciso para interponer una denuncia o de dejar relaciones de riesgo. Si alguna vez te ha ocurrido alguna situación de violencia con tu pareja o te has preguntado qué hacer si sufres de violencia, te invitamos a que te comuniques con nosotros. Todes tenemos el derecho de disfrutar de las relaciones de pareja y de vivir sin violencia.

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