Es una realidad que el ritmo de vida en la última década ha cambiado. Han ocurrido bastantes variaciones sociales que han movilizado a que las personas tengamos que buscar adaptaciones nuevas para afrontar las circunstancias que van sucediendo.
Por mencionar algún podríamos hablar de los cambios que se han tenido que dar en la dinámica laboral de las parejas, quienes por elevación en el costo de productos, servicios, y necesidades básicas, ambas partes se han tenido que involucrar en el mundo laboral para aportar a casa un sustento que pueda proveer lo indispensable para los miembros de la familia. Existen muchas más situaciones que se podrían mencionar para hacer referencia a los cambios sociales que tienen actualmente impacto.
Lo que se busca comunicar, es que estos hechos, no solo mueven de manera externa como pudiera aparentar, implican en cada persona una reorganización en su estilo de vida, en sus roles, y aunque la mayoría de las veces no es considera, tiene un fuerte impacto en el aspecto mental y emocional.
Hablar del impacto mental y emocional, es lo que nos centraremos a continuación, porque al igual que como puede haber cansancio y agotamiento físico, sin atención a nuestra salud mental, se llega a presentar un agotamiento y cansancio emocional.
¿A qué se le llama cansancio emocional?
El #cansancioemocional es un estado de decaimiento que se siente en lo físico, emocional y mental, caracterizado por un cansancio, sentimiento de desamparo, desesperanza, vacío emocional y por el desarrollo de una serie de actitudes negativas hacia el trabajo, la vida y la gente; conlleva a una pérdida de motivación y que suele progresar hacia sentimientos de inadecuación y fracaso.
Lo que generalmente las personas identifican es una ausencia de energía y falta de motivación, generalmente ocasionado por una sobrecarga de esfuerzo mental. Quienes lo padecen sienten una disminución del manejo emocional, problemas de sueño. Esta sobrecarga de emociones se produce comúnmente cuando hay cambios importantes, problemas sin resolver o situaciones abrumadoras.
Se trata de un estado íntimamente relacionado con el estrés y el burnout laboral precisamente uno de sus elementos es este tipo de cansancio mental.
¿Cuáles síntomas se pueden presentar en el agotamiento emocional?
Las personas que lo padecen sienten una disminución de su capacidad de su energía y recursos para afrontar situaciones que le están ocurriendo, como neblina o duda para tomar decisiones o acciones, para llevar a cabo el día. De ahí que se manifiesten en alteraciones del sueño, de su energía y recursos, olvidos, problemas para concentrarse y para procesar la información, así como una percepción negativa vinculada a pensamientos y sentimientos descalificadores y negativos sobre uno mismo como incapacidad, incompetencia, desubicación e incluso sentimientos de no pertenencia a los círculos o cosas que generalmente hacían como satisfactorias.
FACTORES PERSONALES QUE PUEDEN INFLUIR
Baja inteligencia emocional: carecer de recursos para manejar las situaciones o a quienes desconocen sus sus límites y así poder respetarlos.
Alta autoexigencia y expectativas sobre cómo tienen que ser las cosas.
Personas que viven situaciones complicadas, que las situaciones pueden llevar mucho tiempo de resolución como pueden ser enfermedades, divorcios, problemas legales, etcétera.
Por otro lado, hay empleos que, por su naturaleza, tienden a generar este estado si no se toman las medidas de prevención de riesgos psicosociales oportunas ya sea por la demanda que puede conllevar un puesto o por el tipo de atención que requiere, como se da en muchos casos en el área de la salud.
Todas las personas estamos propensas a sentir agotamiento, lo importante es identificar y podernos dar tiempo de explorarnos a nosotros mismos, si se trata únicamente de algo físico o es posible que estén ocurriendo una o varias situaciones que implican que de forma interpersonal también podamos llegar a tener un agotamiento emocional. Si tienes duda acerca de si lo que te puede estar ocurriendo es de índole física o va más allá, hacia lo mental-emocional, puedes acercarte con un profesional de la salud, quien puede apoyarte en indicarte qué podría ser indicadores o posibles estudios que pudiesen a hallar el diagnóstico correcto.
Cuando esto se convierte en algo crónico y comienzas a tener perjuicio en desarrollar tus actividades laborales o sociales de forma significativa, es posible, que además, requieras acercarte con un psicólogo en el área clínica que pueda acompañar a encontrar los factores emocionales o el impacto que la situación puede estar generando, ya que dejarlo pasar sin atención, puede afectar de forma más profunda el autoestima o vivir un duelo silencioso sobre pérdida de capacidades o o virtudes que se creen ya no tenemos, cuando en realidad es que mientras más tiempo pase, los recursos que podemos utilizar se sienten como minimizados.
Psicóloga Carolina López
Psicóloga de niños, adolescentes, adultos y parejas
Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara