Cuando somos #padres o #madres, nos preocupa que nuestros hijos sepan porqué se encuentran tristes o preocupados, alegres o enojados, que elijan lo que más les conviene, que se comprendan y acepten sus limitaciones, que solucionen los problemas de una manera que los fortalezca y les proporcione autoestima.
Ésto comienza con nuestra manera de escucharlos. Desde lo que les pasa en el
#colegio, con su mejor amigo (a), lo que pasó en el último capítulo de su serie
favorita, cómo les fue en la fiesta con sus compañeros, o estar presentes en el
último partido de futbol, hasta cuando les sucede una situación difícil o complicada, o cuando no saben que hacer en determinada circunstancia.
manera: "¿Que platique con mis hijos?, ¿para qué?, ¿de qué?, yo trabajo mucho para darles lo que necesitan y eso es suficiente. Su mamá es la que se encarga de esas cosas, por eso está más tiempo en la casa, para estar al pendiente de ellos. A nosotros nuestros #padres nunca nos escuchaban, es más ni siquiera nos pedían una opinión".
Y no se diga cuando la mamá le dice al papá que uno de sus hijos necesita
#terapia, ir al #psicólogo porque en el colegio lo están enviando, entonces sí "arde Troya" y el papá se enfurece y dice: mi hijo no necesita un #psicólogo, no está loco. Entonces le toca a la mamá tratar de tranquilizarlo y explicarle de la mejor manera posible la situación de su hijo, para que acceda a permitir que el niño tome terapia.
Qué situación tan difícil, ¿verdad? Entonces ¿cómo enseñamos a nuestros hijos
a #escuchar?, porque recordemos que los niños aprenden mucho del ejemplo de los padres.
Muy bien veamos, cuando el #bebé llega al mundo la única forma de comunicarse es mediante el llanto, no tiene otra forma de darse a entender, entonces cuando llora el #bebé la madre atenta es la que asiste a ver que necesita el bebé, si tiene hambre, frio, sueño, está mojado o simplemente necesita cariño y quiere que #mamá lo cargue en brazos y sentirse protegido.
Es decir, para el bebé es muy importante que #mamá o #papá se acerque a ver qué necesita su #hijo. Entonces el bebé se siente querido y atendido y eso le proporciona al niño seguridad para su presente y futuro.
Cuando nuestros hijos son niños que andan jugando y se caen, mamá o papá
acuden a su auxilio y generalmente le dicen al niño: “no pasa nada hijo”, pero
realmente si está pasando, al niño le duele porque se lastimó, entonces más bien
hay que atenderlo y curarlo, tratar de minimizar el dolor. Y estar con ellos hasta
que se sientan mejor y puedan regresar a jugar o a hacer lo que estaban haciendo
antes.
Cuando nuestros hijos nos piden algún consejo sobre alguna situación que les ha
sucedido, lo primero que tenemos que hacer es preguntarles: ¿cómo ves?, ¿qué crees? ¿qué podrías hacer?, a veces los #niños tienen mejores ideas que nosotros los adultos, nada más que no los hacemos meditar un poco en la situación y les damos la solución inmediatamente.
Ahora bien, si no tienen ninguna idea, podemos ayudarlos con varias soluciones. Cuando los niños nos cuentan algo que les pasa y escuchamos con atención, dejando de lado lo que estábamos haciendo, ellos sienten que son importantes
para nosotros, y se sienten comprendidos, por ejemplo si se caen y se lastiman para ellos cuenta mucho el que nosotros preguntemos: qué pasó, cómo te lastimaste, tropezaste o no viste el cajón que estaba abierto. Inmediatamente ellos empiezan la narración de cómo ocurrieron los hechos y automáticamente se desahogan y se sienten un poco mejor, después cuando les decimos “debes tener cuidado, fíjate por donde vas caminando° entonces toman en cuenta nuestros consejos, para que no les vuelva a pasar.
Entonces tus #hijos sienten: “Cuando tú me escuchas a mí, me estás enseñando a escuchar y entonces yo podré escucharte a ti y después a los demás”.
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ayudamos.
Lic. Rocío Arguelles