- 10 jun 2021
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Actualizado: 7 mar 2023

El término #tóxico o #tóxica dirigido a una persona está enfocado en catalogar a una persona como negativa, hiriente o controlador, o bien, como indiferente, pasivo o distante emocionalmente
A lo que se le llama una #parejatóxica es cuando dicha pareja tiene actitudes en donde se ejerce control de algún tipo entre sus miembros como puede ser: checarse los teléfonos y #redessociales, prohibirse salir con amigos o amigas o convivir con compañeros o compañeras de trabajo, manejo dudoso con respecto al patrimonio o ingreso económico familiar, asignar los roles del cuidado de hijos y hogar según el género, colocarse en una posición de pode moral, económico para dominar o inducir al otro u otra. Es decir violencia física, violencia psicológica o económica y un larguísimo etcétera.
El término tóxico enmascara la realidad de la relación de #pareja en donde se ejerce #violencia de algún tipo, desde mi perspectiva cambiar el término es porque nos atemoriza ver la realidad, en las relaciones de pareja se ejerce violencia de manera frecuente, y no solamente por parte del el tóxico o la tóxica, sino también por parte de las contrapartes. Ha sido tal el abandono de la sociedad en utilizar el término correcto "Violencia" que incluso el término es usado para darle un toque chusco hablando de "la tóxica" o "el tóxico" como sinónimos de #esposo, #esposa, #novio o #novia.
¿Porqué el término tóxico o tóxica ha tenido una generalización de su uso he incluso esté siendo usado por #psicólogos, #psicólogas o #psicoterapeutas?
a. Es fácil de entender y no requiere un análisis profundo de la relación de pareja.
b. Responsabiliza al otro de mis sentimientos, acciones y pensamientos.
c. Establece relaciones lineales en donde hay una víctima y un victimario, un bueno y un malo.
d. Enmascara los problemas de violencia y violencia de género, así como los estereotipos sobre lo que implica ser hombre y ser mujer en nuestra sociedad.
e. Minimiza el impacto de las implicaciones legales o sociales de lo que yo hago o hace mi pareja.
f. Puede llegar a ser utilizado como un insulto o forma de control al interior de la pareja cuando las cosas no salen como queremos o el otro expresa su propia subjetividad y forma de ver las cosas o viceversa.
En todas las relaciones de #parejasaludable existen luchas, discusiones, diferencias de opinión, eso está bien, dado que si eso no sucede es que alguien no está expresando su perspectiva o está siendo sometido para no expresar su propia personalidad y subjetividad. Hay ciertas situaciones que no son factibles de llegar a acuerdos y regularmente es sobre temas que no queremos ceder o bien, que rompen nuestros límites de respeto como persona. Lo que determina si una pareja tendrá una interacción saludable o no es que exista en todo momento la noción de que mi pareja es una persona diferente a mí por lo que no va a pensar y sentir como yo creo, tener el ánimo de salvaguardar la seguridad y se conserve el ánimo de afecto entre los miembros. Para algunas parejas tener una relación abierta en donde ambos miembros puedan interactuar romántica o sexualmente con otras personas) será considera enfermizo o patológico, para otras no. Lo que establece lo enfermizo es cuando se rompen los acuerdos, cuando las reglas o acuerdos que aplicamos no se aplican a nosotros mismos o viceversa, cuando deliberadamente realizamos acciones que dañan en algún nivel al otro (económicamente, moralmente, físicamente), como por ejemplo en el ejemplo anterior, cuando es únicamente uno de los miembros de la pareja quien tiene permitido interactuar sexualmente con otras personas mientras se somete o culpabiliza a la contraparte de dicha acción.
El término de pareja tóxica debe desaparecer sobre todo en el vocabulario de aquellos que nos dedicamos al trabajo psicológico y psicoterapéutico tanto a nivel individual como de pareja (psicólogos, psicólogas, terapeutas, consejeros, etc.), ya que coloca en un serio problema y en un dilema sin salida el análisis de las dinámicas de pareja, quita la importancia acerca de tomar una decisión con respeto a permanecer en la pareja o no (evaluar si realmente queremos permanecer ahí o no), colocándonos en un ciclo sin fin en donde existen reclamos sobre lo que se hace, pero poca noción de cómo yo participo o ejerzo un rol pasivo ante el otro o lo contrario, cómo yo deseo dominar, controlar y hacer que mi pareja haga lo que yo quiero o lo que solo yo pienso que es correcto.
No creo que las parejas o las personas puedan ser completamente tóxicas, si considero que todos tenemos ciertos elementos que por crianza, cultura, experiencia, personalidad, temperamento, nos hacen actuar de formas violentas y lastimar a nuestras parejas (en el mejor caso sin realmente darnos cuenta), o bien, permitir que nuestras parejas nos violenten bajo un estándar de normalidad y "así es tener pareja". El término de maldad inherente a lo mal llamado tóxico o tóxica inherente a una persona me es difícil de comprender, sobre todo si se establece que no hay posibilidad de entender de donde vienen esas actitudes y colocando todo lo "maligno" o tóxico en el otro.
La forma en la que ahora se entiende la labor de la mujer en casa, la sensibilidad y emocionalidad de los hombres con las nuevas masculinidades, las necesidades no solo económicas y sociales, sino emocionales que requieren cada uno de los miembros de la pareja me hacen pensar que vamos por buen camino, habrán partes de nosotros mismos
Sobre la autora:

Psic. Esther Solís Torres
Atención a adolescentes, adultos, parejas y familias
Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara