Dentro de la práctica psicoterapéutica existen diferentes teorías, enfoques y tipos de tratamientos para abordar o trabajar con un paciente. Sin embargo, a pesar de estas diferencias, hay algunos puntos en común que todas ellas llegan a compartir, entre los cuales destaca: la importancia que se le presta a la relación terapéutica, que en todo trabajo clínico tiene lugar.
Lo que conocemos como relación terapéutica, tiene sus inicios en un fenómeno observado y estudiado por #SigmundFreud, conocido como transferencia. Ya que desde sus primero trabajos clínicos comenzaba a observar que no era poco frecuente la aparición, por parte de sus pacientes, de sentimientos o emociones que afectaban directa, o indirectamente, el avance o progreso del tratamiento. Las cuales se mantenían durante todo el tiempo que éste tuviera lugar.
A grandes rasgos, la transferencia podría ser descrita como el conjunto de fenómenos que aparecen y que constituyen la relación del paciente con el #psicoanalista. Fenómenos que implican el desplazamiento de los afectos que surgen en el paciente durante un proceso analítico y son proyectados hacia el exterior, en este caso, hacia la figura del #analista. En donde, por lo regular, se puede hacer un vinculo entre la relación que alguien experimentó hacia objetos o personas; ambientes o cuidadores primarios, que tuvieron lugar en etapas previas de su desarrollo, es decir, la primera #infancia y que vienen a tener lugar al momento del proceso analítico.
Como mencionamos anteriormente, en un inicio, para #Freud, la transferencia seria mas o menos descrita como un caso particular del desplazamiento de afectos de una representación a otra. Es decir, que dentro de una relación terapéutica estaría teniendo lugar una constante actualización de experiencias afectivas, que vividas y sentidas en algún momento de nuestro pasado, tendrían incidencia en el presente, especialmente, en la relación y en la representación de la figura del analista. Lo que se revive en la transferencia, es la relación del paciente, con sus figuras #parentales. La cual puede estar atravesada tanto por sentimientos positivos como negativos; sentimientos que favorezcan el progreso del tratamiento o por el contrario, que impidan el avance del éste. Esto no quiere decir que fenómenos análogos, o parecidos a este, no estén teniendo lugar en otros espacios de nuestra vida, como pueden serlo: las relaciones de #amistad, laborales o de #pareja. Sin embargo el fenómeno de la transferencia, al ser uno de los pilares del trabajo psicoanalítico, es pensado en el marco de la práctica clínica.
Este concepto de transferencia lo que trae consigo es la posibilidad de pensar las vivencias, y los conflictos #infantiles, como un prototipo de lo que en lo sucesivo marcará los modos de relación e interacción de nuestro mundo interno con el mundo externo. El fenómeno de la transferencia cobra vital importancia en la práctica #psicoanalítica, y en el trabajo #psicoterapéutico, en la medida en que estas formas de relación, acompañadas de experiencias previas, sentimiento y emociones, son actualizadas en la figura del #analista o del #terapeuta. Ya que este último, mediante el análisis o el trabajo terapéutico, será el encargado de poderle dar otro sentido a eso, que habiendo tenido lugar en el pasado, viene a actualizarse de manera constante en el presente.
Sin embargo, es importante señalar, que aquellos modos de interacción, afectos o emociones, que se actualizan en el presente, no necesariamente están enmarcados por hechos o acontecimientos que hayan tenido lugar de manera efectiva en la historia de las personas. No hablamos de hechos históricamente reales. Sino que apuntamos a otro tipo de historia y de realidad, a una que se mueve en otro registro, al que llamamos, #realidadpsíquica.
A diferencia de la realidad fáctica, la #realidadpsíquica, es una realidad que se engloba en los márgenes de quien la vive, en donde la percepción, que es individual, marcara la pauta de la historia que cada uno de nosotros cuenta. Esa realidad que es propia y dependiente de cada uno de nosotros, y que como hemos dicho, incide en nuestras formas de interacción y de #relación, es un tema a analizar en la mayoría de los procesos #psicoterapéuticos. Ya que una de las vías para poder incidir en nuestra percepción consiste, precisamente, en cuestionarnos por nuestra propia historia, por nuestras propias experiencias y por la forma en que hemos percibido el pasado. En la medida en que hacemos una relectura de nuestro pasado es que podemos incidir en nuestro presente. Comprender o entender algunos momentos que hemos vivido ayuda a darles otro significado. Si la forma de percibir el entorno cambia, la manera en que nos relacionamos también lo hace. Y todo este proceso puede tener lugar a partir del análisis y del trabajo de la relación terapéutica, de ahí su importancia.