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Artículos sobre Ayuda Psicológica

  • 5 mar 2018
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 7 sept 2019



¿Separarnos o seguirlo intentando?

Hablar acerca de divorcio o ruptura de nuestra relación de pareja es un tema conflictivo y difícil, ya sea porque nosotros estemos evaluando terminar la relación o solicitar el divorcio, o porque nuestra pareja nos da indicios - o claras indicaciones - que planea o piensa en terminar la relación.

Pero ¿porqué es tan difícil - ya no digamos hablar - sino incluso pensar en el divorcio o en darle otra oportunidad a la relación cuando algo grave ha sucedido?

Divorcio: Lo mejor es separarnos

El divorcio es una palabra temida hoy en día por las connotaciones sociales a las que hace referencia, principalmente porque se visualiza como un fracaso, un error y algo que refleja "enfermedad". Cuando se habla de divorcio en una pareja no necesariamente indica una patología o una conducta enfermiza, sino un poco - o mucho - de salud y de entendimiento profundo de lo que queremos - y no queremos - en nuestra vida.

Toda pareja tiene problemas, el que diga que no los tiene, o no lo sabe o uno de los miembros de la pareja rindió sus gustos y personalidad para satisfacer o "no hacer enojar" al otro.

Pero entonces, ¿cuándo está "justificado" el divorcio o la separación?

A veces lo mejor es separarnos, cuando nos hacemos continuamente daño, cuando no podemos hablar, cuando queremos que el otro se comporte como nosotros esperamos (o nos vemos forzados a simular algo que no somos por complacer), cuando nos piden que nos comportemos en contra de nuestros deseos y necesidades internas. A veces es mejor hablar de divorcio por nuestro bienestar, para poder continuar con mayor tranquilidad, pero sobre todo, cuando nos damos cuenta que la palabra "divorcio" ya no se dice como una amenaza o un arma para asustar al otro sino como una forma de restituir nuestra vida y llevarnos mejor con nosotros mismo - e incluso - llevarnos mejor con nuestro futuro ex.

Pero hay un punto evidente que determina que efectivamente es mejor el divorcio a continuar, cuando la respuesta a ¿quieres intentarlo de nuevo? Es un NO rotundo, cuando no queda ni un solo rastro de "nosotros" y solo queda "Él/Ella" y "Yo", pensando en que no me conceptualizo a mi mismo compartiendo lo que soy y lo que siento con esa persona, cuando el daño lo sentimos y vivimos como irreparable o mi pareja me ha mencionado que no desea seguir compartiendo su vida conmigo de una manera genuina y alejada del exabrupto de una pelea.

Una relación o matrimonio permanece cuando en la pareja hay un trato PAREJO, que ambos tengan opinión, que exista la posibilidad de respetar la forma de ser y de pensar del otro y, aunque a veces no sea así, exista ánimo para intentarlo el día siguiente y el día después de ese. Si ese ánimo no existe, forzarnos, obligarnos o intentar obligar al otro a tenerlo suena más doloroso y también, más enfermizo.

Intentarlo lo de nuevo: Estar juntos es un trabajo y no es estático

Estar en pareja puede llegar a ser extremadamente conflictivo, nadie discute eso, pero ¿Por qué buscamos estar en pareja?

Las experiencias vividas en pareja también pueden ser altamente satisfactorias, profundas, permitiéndonos explorar aspectos de nosotros mismos que difícilmente reconoceríamos de estar en solitario.

Existen elementos que fracturan las relaciones de pareja y hacen saltar la palabra divorcio en las relaciones más amorosas, apasionadas o estables: infidelidad, celos, dificultades en la vida sexual, problemas graves de comunicación, falta de entendimiento o acuerdo con respecto a la crianza de los hijos o el manejo del dinero son algunos de los puntos más frecuentes tocados en discusiones de parejas en donde se termina hablando de separación o divorcio y cada uno de estos puntos generan un impacto en la forma que tenemos de ver a nuestra pareja, nos hace cuestionarnos acerca de si permanecer es lo correcto, o si lo mejor es "ya no estar aguantando" al otro. Pero "aguantar" al otro no plantea lo fundamental, y es que si "aguantamos" al otro no lo aceptamos, solo simulamos que lo toleramos, es decir nos colocamos como en una posición superioridad (moral, inteligencia, conciencia, etc.) y eso no es ser PAREJO.

Lo que posibilita que una pareja lo intente de nuevo es un deseo de estar juntos, no importando que este deseo sea pequeño o de intermitente intensidad. Intentarlo de nuevo y tratar de sortear estas situaciones de conflicto con mi pareja se fundamenta en algo tan aparentemente común y lógico como, deseas genuinamente hacerlo. En ocasiones intentarlo de nuevo no necesariamente implica asistir a una terapia de pareja - habrá también situaciones que por ser muy intensas o no responder si requiera terapia de pareja, la atención de un especialista que medie y haga reflexionar a los participantes - sino también, puede es el objetivo de una terapia individual en donde yo efectivamente pueda entender que es lo que deseo y busco, y que tanto componente de ese idea o fantasía acerca del matrimonio y las relaciones de pareja empañan mi visión impidiendo que vea al otro tal cual es, con sus defectos y virtudes.

En conclusión, una infidelidad o un conflicto extremadamente grave puede ser solucionado si existe voluntad e interés de hacer algo para mejorar y entender porqué se llegó hasta ese grado; así como también, podemos llegar a pensar que lo mejor es el divorcio o la separación por el "simple" - nunca lo és realmente - hecho de que no nos sentimos plenos y estables con nuestra pareja. Todo depende de la voluntad, depende de entendamos y exploremos nuestro deseo sin que necesariamente medien perspectivas de un "deber ser o hacer" social - "tienes que divorciarte porque tu pareja te fue infiel", "No debes de divorciarte porque vas a quedar marcado (a) y tus hijos sufrirán por siempre por tu decisión", es una decisión y debe de estar centrada en nuestra necesidad. No hay una respuesta correcta, sino situaciones particulares que establecen la mejor decisión para cada uno de nosotros.

  • 18 dic 2017
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 7 sept 2019



comunicacion en pareja

Mucho se ha hablado sobre la comunicación en pareja (artículos, programas de televisión y radio, libros) y básicamente todos indican los mismo, que la comunicación en pareja es indispensable para llevar un buena relación , que si no se tiene comunicación en pareja no pueden tomarse decisiones en conjunto, no podemos sentir que pertenecemos a nuestra pareja, en fin, que no tener comunicación nuestra pareja implica problemas.

Pero, ¿Cómo se le hace para establecer comunicación con nuestra pareja?

Inicialmente es tomar conciencia que la persona que tenemos enfrente, nuestra pareja con la pasamos tiempo libre, dormimos, comemos, incluso con la que hemos pasado años de convivencia desconoce lo que estamos pensando.

Existe una idea arraigada de que una pareja es nuestra media naranja, nuestro complemento, aquel o aquella que completa nuestras frases, sueña nuestros sueños, pero ¿qué creen? Nuestra pareja no tiene la posibilidad de conocer nuestro pensamiento o lo que estamos sintiendo a menos de que nosotros lo hablemos claramente con él o con ella.

Negar cuando se está enojado, minimizar u ocultar algo que nos molesta, esconder en nuestro interior hechos del pasado que aún nos están haciendo daño, lo único que genera es retirar las palabras negándonos la oportunidad de conocernos y poder solucionar el conflicto, es decir, rompemos la comunicación en pareja.

Muchas veces eso sucede porque queremos evitar un problema, llevarnos mejor, asumiendo que discutir implica algo negativo.

Sin embargo, paradógicamente las parejas estables son aquellas que discuten y discuten mucho pero no para saber quien tiene la razón o para sentir el control en la relación.

Las parejas estables discuten porque quieren escuchar lo que el otro tiene que decir, porque asumen que el otro necesita desahogarse y hablar, porque se acepta que no sabemos todo del otro y podemos encontrar cosas nuevas en él o en ella, ésto con la confianza de que nuestra pareja también desea saber lo que nosotros queremos hablar y que necesitamos desahogarnos mientras el otro nos escucha y nos descubre con todos nuestros defectos y también, con todas nuestras virtudes.

La comunicación en pareja permite resolver los problemas, perro también implica asumir que las parejas normalmente tienen y van a tener problemas, la gran diferencias es que los problemas de pareja no se ocultan sino al contrario se exponen y comunican, a continuación te planteo algunos puntos a considerar sobre el tema:

  1. Pregúntate ¿para qué estas hablando con tu pareja? Efectivamente, los problemas de pareja se solucionan hablándolos pero, es importante que evalúes con qué intención hablas con tu pareja. ¿Quieres desahogarte, reclamarle, culparle de todo, que te adivine el pensamiento y haga con exactitud lo que le pides? Si quieres hablar con tu pareja para desahogarte es válido pero indícalo, y si lo haces con el ánimo de "hacer sentir menos" o "destruir" al otro asume que la consecuencia será acorde a tu intensión. Trata de no utilizar sarcasmos, amenazas, ni seas cruel cuando te comuniques con tu pareja, comunícate con tu pareja de manera respetuosa y congruente y no permitas que tu pareja te menosprecie o minimice. Hay ocasiones en las que se asume que por el grado de convivencia o de intimidad en nuestra pareja "ya sabes como soy" y obviamos que debemos cordialidad.

  2. Sé específico sobre lo que necesitas y lo que sientes. Expresa como te sientes al respecto de sus acciones, que te duelen o molestan, que estás frustrado o que no quieres hablar del tema imprimiendo el sentimiento a tus palabras pero sin insultar o menospreciar. Asume que tu pareja no sabe lo que estás pensando o como te sientes y necesitas decirlo para que el otro entienda lo que está pasando en ti.

  3. Piensa en que no siempre tendrás la razón en todo (ni tu pareja tampoco). Uno de los puntos más difíciles de entender a nivel individual, hay ciertas cosas que nuestra pareja o nosotros queremos - y necesitamos - decir que son desagradables, conflictivas y que van a señalar aspectos que seguramente van a molestar. La idea no es asumir que nuestra pareja tiene toda la razón - o viceversa -, sino que nadie es perfecto y que todos tenemos aspectos que son difíciles de manejar y entender para poder trabajarlos para que no les "exploten" en la cara o dañen a los que nos rodean.

  4. Trabaja en ti. No puedes comunicar claramente algo de lo cual no tienes ni idea, y este aspecto se obvia mucho al tratar problemas de pareja porque se asume que el problema lo tiene el otro y no uno mismo. Busca espacios para reflexionar, cultiva actividades individuales, infórmate y si necesitas ayuda, siempre puede solicitar apoyo profesional individual con un psicólogo clínico o psicoterapeuta, recuerda que hay algunas cosas que no se pueden resolver en pareja sino que deben ser abordadas a nivel personal.

  5. Prueben con terapia de pareja. Existen una serie de tabúes con respecto a la terapia de pareja, p. ej. que durante la terapia de pareja el terapeuta le "dará la razón" solo a uno, que hará que las cosas empeoren planteando el divorcio, que se trata de regañar a la pareja o hacerlos sentir culpables, que solo se abordan tareas o ejercicios establecidos o pre-estructurados, etc. La terapia de pareja tiene como objetivo entender los problemas de pareja de forma particular, entendiendo la historia, la personalidad de cada uno de los miembros y como ésta se encadena con la dinámica que esa pareja en específico tiene. El objetivo de la terapia de pareja lo define ya sea de inicio o en transcurso de las sesiones, los miembros de la propia pareja (reestablecer el vínculo y el compromiso matrimonial, poder hablar claramente sobre una situación dolorosa del pasado, señalar dificultades en el área sexual de forma sensible y afectiva, tener un espacio para que un tercero medie en las discusiones para poder llegar a acuerdos, trabajar sobre la forma de crianza de los hijos, etc. ), cada una de la parejas tiene sus conflictos muy específicos e íntimos y por lo tanto requiere que la terapia de pareja sea un espacio que respete esas especificidades. Darse la oportunidad, intentar o probar da la posibilidad de experimentar un camino diferente al que se ha estado recorriendo, asumiendo que es el deseo de la pareja de tratar de entender lo que está pasando para planear una decisión que genere respeto y estabilidad.

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