La obesidad es una problemática cada vez más real y trágica en nuestro país, en el año 2017 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reportó que el 72.5 de los mexicanos sufren de obesidad y sobrepeso. Por lo que los especialistas en el ámbito de la salud han puesto la mira en la regulación del peso, y la salud mental no debe dejarlo de lado, es por esto que me parece fundamental escribir acerca de este tema.
Por lo tanto hablaré de los factores psicológicos que influyen en la obesidad y el sobrepeso, ya que son factores que comúnmente se desconocen por la mayoría de las personas al pensar esta problemática y son fundamentales debido a que, como en toda enfermedad, atacar solamente los síntomas no ayuda sino se ataca la causa de dichos síntomas.
Algunos factores psicológicos que influyen en la obesidad y el sobrepeso son:
Ansiedad: Quienes padecen ansiedad tienden a aumentar la cantidad de alimento que ingieren debido a que el acto de comer los hace sentir satisfechos, además de reacciones químicas que tienen lugar en nuestro cerebro al ingerir ciertos alimentos, sobre todo los de alto contenido de azúcar, que se asocian con la felicidad. Sí esto se mantiene nos dará como resultado a un sujeto con obesidad o al menos sobrepeso.
Depresión: Muchas personas con depresión tienden a tratar de "llenar el vacío" que sienten y lo hacen de manera literal, llenando de comida su intestino, de modo que no quede dentro de ellos ningún vacío. Además de que comer es realmente un placer para muchas personas (por lo ya mencionado en el punto anterior) y llegan a pensar que comer puede hacerlos sentir mejor pero la depresión va más allá de eso. Y la obesidad puede generar que la autoestima disminuya, dando como resultado un circulo vicioso.
Necesidad de control: Algunos individuos que presentan ciertos trastornos de la conducta alimentaria como obesidad, bullimía y anorexía refieren que al no poder controlar las situaciones en el mundo que los rodea, recurren a controlar aquello sobre lo que tienen poder y lo más inmediato es el propio cuerpo, ya sea restringiendo la ingesta de alimento o todo lo contrario.
Inseguridad: La grasa corporal puede ser utilizada como una defensa entre uno y el mundo exterior, de este modo se pone la mayor cantidad de distancia entre las emociones y las personas que las puedan dañar.
Infantilismo: Si observamos a una persona que padece obesidad nos podremos dar cuenta que su aspecto se parece al de un niño, sin importar la edad que tenga, y esto les puede "ayudar" a conseguir cierta simpatía que de otra manera les costaría más trabajo alcanzar.
Es por esto que para ayudar a solucionar el problema que suponen la obesidad y el sobrepeso debemos atender también el área psicológica, apoyados de un especialista como puede ser un psicoterapeuta. Pues, como ya se mencionó un poco más arriba, si quitamos la grasa del cuerpo sin atender el resto, nuestra historia nos llevará a recuperarla en un tiempo sorprendente.