La #psicoterapia (o área clínica en general) desde su concepción siempre se ha articulado en su práctica por las condiciones físicas e históricas dadas. En el inicio, #Freud intuyo ciertos parámetros objetivos que bordeaban y contenían (en ciertos casos, como en el hombre de los lobos, incluso guiaban) la práctica de la clínica psicológica; es a través de estos parámetros que podemos concebir cierto sentido práctico diferenciador a la psicoterapia en contra partida de otras prácticas, sean profesionales o no. En la actualidad podemos decir que estos parámetros son entendidos como “encuadre”, que funge como un arreglo entre las dos partes involucradas dentro de la #psicoterapia, por un lado el paciente y por otro el psicólogo.
Podríamos enlistar brevemente algunos aspectos que conforman el encuadre, desde un espacio establecido (consultorio), un horario especifico, una cuota a pagar, objetivos generales y específicos a seguir dentro del proceso, etc. Sin embargo, hoy me gustaría hablar de un aspecto que no solo pertenece al encuadre sino que se juega dentro de sesión tanto en el paciente como en el #psicólogo, y ese es el tiempo.
El tiempo dentro de sesión es, a mi modo de ver, el aspecto más importante de la psicoterapia, y esta lectura tiene varias aristas que tratare de resumir en los siguientes puntos; El tiempo en el encuadre, el tiempo para el #paciente, el tiempo justo o el tiempo del terapeuta y la lógica temporal en psicoterapia. Comencemos con el tiempo en el encuadre.
El tiempo en el encuadre.
En esta visión el tiempo es enteramente concebido como objeto externo. Este se “utiliza” para delimitar el espacio psicoterapéutico entre lo que es y lo que no es. Este tiempo contiene un inicio y un fin que, como se mencionó anteriormente, se define en acuerdo mutuo entre el paciente y el psicólogo.
Es pues este tiempo en su estatus de objeto el que permite la contención de la situación psicoterapéutica dada.
El tiempo para el paciente.
Dentro de esta visión el tiempo se torna un objeto interno. Este tiempo no se utiliza, sino que se experimenta dentro de la situación psicoterapéutica.
Este tiempo solo se puede entender dentro de la situación de la psicoterapia, fuera de ella carece de su carácter específico que le interesa al psicólogo; El paciente siempre experimentara el tiempo (en su vida cotidiana), pero solo es en el contexto de la psicoterapia que este adquiere importancia para el psicólogo. Hay una diferencia pues, entre lo que hace el paciente y lo que cuenta en sesión.
Este desfase temporal es el que permite el trabajo terapéutico que se busca; el de reflexionar y reposicionarse con respecto a lo que pasa en nuestras vidas.
El tiempo del paciente es extremadamente importante, ya que es el trabajo del psicólogo es lograr comprenderlo en toda su extensión. Es importante entender y respetar los desfases que se dan en el tiempo del paciente para poder generar un proceso terapéutico óptimo, respetar esas regresiones, esas fantasías y anhelos futuros, esas anécdotas contemporáneas. A final de cuentas, el discurso del paciente es la encarnación (en palabras) del tiempo del paciente, y escucharlo es nuestro deber.
El tiempo justo o el tiempo del terapeuta.
Este tiempo es complejo de entender y eso es por la dinámica con la que se juega, este tiene un estatus de objeto externo introyectado ¿A qué me refiero con esto? A que el tiempo del terapeuta es una respuesta al tiempo del paciente, este se da en relación al tiempo del paciente que concebimos como un objeto externo. Esa relación que se da es una de introyección (asimilar) y proyección (responder o regresar) constante. El tiempo del terapeuta está condicionado por el tiempo del paciente.
Este tiempo se experimenta para después utilizarse. Es en este tiempo en el que el terapeuta puede “escuchar” lo que el paciente dice en psicoterapia para posteriormente poder regresar algo. Pero ¿Cuándo regresarlo? Ese problema técnico puede superarse pensando en el tiempo del paciente y en los intervalos de los que se hablaba, en donde dichos desfases le permitirán al terapeuta regresar eso en el tiempo justo. Aquí el termino justo no lo utilizo en el sentido de “justicia” sino en el sentido de “ajuste”, en el sentido de que el tiempo del terapeuta es un tiempo que se ajusta al tiempo del paciente para poder regresar algo de lo dicho.
Es esto lo que permite en la técnica al terapeuta realizar intervenciones precisas que fomentan el desarrollo reflexivo en el paciente y movilizan el proceso terapéutico hacia delante.
La lógica temporal en psicoterapia.
¿Cuál es esta lógica temporal en psicoterapia? #Lacan (psicoanalista francés) en su texto “El tiempo lógico” nos deja entrever que es la “escansión” (la división o corte que se da en lo que se habla en sesión) la que conforma esta lógica temporal dentro de la situación de la psicoterapia. Estoy parcialmente de acuerdo con ello, sin embargo, se deja de lado que esa escansión efectuada tiene su propia lógica, la lógica del ajuste. Un corte dentro de lo que se habla en sesión es impensable sin que existiera un ajuste previo que acomode (y posicione) lo que se habla de tal forma que dicho corte sea posible.
Este ajuste es lo difícil de realizar en el trabajo de terapeuta y puede llevar a estropear la situación psicoterapéutica. Pero si se realiza con delicadeza, respetando el tiempo del paciente, no puede sino favorecer el proceso.
Psicólogo Gabriel Chávez
Psicólogo de Niños, adolescentes y adultos.
Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara