Ir al #psicólogo, ir a terapia, asistir a terapia psicológica son algunas de las formas a las que nos referimos cuando pensamos en recibir atención por parte de un #psicólogo clínico o psicoterapeuta.
Existen múltiples razones por las cuales una persona decide tener su primera sesión de terapia psicológica, estos motivos dependen mucho del tipo de terapia psicológica que se solicite, es decir, si se solicita la atención para un niño, adolescente, adultos, pareja o bien, una familia.
En este artículo me centraré en abordar lo que considero que serían los 5 motivos principales por las cuales una persona adulta solicita terapia psicológica por primera vez:
1. Mis #pensamientos o #sentimientos están fuera de control.
Pensamientos. Si te la pasas constantemente pensando, tratando de analizar cada pequeño detalle de una conversación o de la actitud de una persona o centrándote en cada aspecto de una situación buscando un sentido o una intensión, si no puedes dejar de pensar en algo que pasó hace tiempo como si fuera reciente, te conviene muchísimo asistir a terapia psicológica. No poder dejar de pensar genera altos niveles de estrés y ansiedad, es sentirse fuera de control.
Sentimientos. Intensos exabruptos de #ira, no poder dejar de #llorar o sentirse #triste, sentirse fuertemente frustrado ante cosas insignificantes, sentir #miedo ante situaciones imaginarias o cotidianas, cuando nuestros sentimientos se encuentran desbordados o incluso, ni siquiera podemos identificarlos y solo aparece #angustia o #ansiedad necesitamos buscar ayuda profesional a través de la terapia psicológica o psicoterapia.
2. Me centro en el pasado a tal grado que siento que no puedo continuar.
No poder olvidar sucesos de nuestra #infancia, #adolescencia o situaciones como fallecimientos, pérdidas materiales, despidos, situaciones como #infidelidad, conflictos familiares o de #pareja. Muchos hablan de un tiempo determinado para recuperarse de una pérdida o de un hecho que fue traumático, sin embargo considero que para cada persona es diferente la forma en la que nos recuperamos, cuando una persona busca terapia psicológica porque está centrado en el pasado regularmente han pasado meses e incluso años que ha tratado de recuperarse con sus recursos y el apoyo de su entorno, no debe ser considerado como una debilidad o falla en el carácter sino considerar que las implicaciones de esa situación afectaron profundamente el autoconcepto y la idea misma de la vida que se tenía hasta ese momento.
3. Siento que no tengo #autoestima o no me conozco a mí mismo.
Sentirse perdido, desvalorado, minimizado, que nuestra opinión no es tomada en cuenta, sin o con pocas capacidades o habilidades, si nos encontramos centrándonos constantemente en aquello que no podemos lograr sin darnos cuenta de nuestros puntos positivos implica que mi autoconcepto está menguado, es decir, que nuestra autoestima o valía persona está minimizada. Cuando una persona no se conoce a sí mismo o cuando se siente menos la forma en que se trata a si mismo (y cómo permite que los otros lo traten) puede llegar enfermiza, con tendencia a complacer o disculparse constantemente.
4. Termino repitiendo patrones.
Muchas personas que van por primera vez a terapia psicológica mencionan que constantemente se meten en problemas o relaciones interpersonales con características similares que les hacen daño pero que, no saben con exactitud como fue que terminaron en esa situación (relaciones de pareja abusivas, sometimiento por parte de un miembro de mi familia o trabajo), cualquier relación o situación que te genere daño o dolor debes cuestionarte si necesitas terapia psicológica realizada por un especialista para poder encontrar las posibles fuentes de estos patrones repetitivos.
5. Siento que no tengo un plan o que no puedo tomar decisiones.
Por último, cuando nos vemos inmovilizados a generar un #plan o tomar una #decisión importante y que a pesar de tener información no podemos hacer coincidir nuestros sentimientos o pensamientos buscar terapia psicológica puede llegar a ser un elemento para poder abordar de forma más neutral, entendiendo lo que pensamos y sentimos en realidad.