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Artículos sobre Ayuda Psicológica

  • 1 abr 2021
  • 3 Min. de lectura

Independizarse en los adultos jóvenes

Conseguir la independencia de los padres es un momento aspirado por muchos, en búsqueda de mayor libertad y del propio espacio, #jóvenes y #adultos optan por dejar la casa familiar para tomar el camino independiente, una decisión importante para el desarrollo personal. Hay factores que influyen a la hora de pensar en las posibilidades de #vivirsolo por primera vez, los beneficios y las nuevas responsabilidades son numerosas, así como las expectativas y creencias acerca del tiempo idóneo para hacerlo pueden llegar a influir en la toma de la decisión ¿Cómo saber cuándo es el mejor momento para independizarse? Mucho se habla acerca de la edad habitual para dar este paso, si bien colectivamente se contempla una edad promedio, hay distintas cuestiones culturales, sociales y hasta religiosas que dan pauta acerca del punto adecuado para realizarlo. Podemos partir mencionando que no hay una edad ideal para tomar esta #decisión, pues cada persona y relación familiar son distintas, sin embargo, se podría hablar de ciertos indicadores para distinguir lo que hace un momento más oportuno para #independizarse.


Una característica a considerar que da noción de encontrarse en una situación favorable, es la sensación de #capacidad para asumir esta decisión desde cada aspecto que implica este cambio de vida. Se puede tener toda la iniciativa, pero este deseo implica reflexionar acerca de la conveniencia de las circunstancias. Para esto es necesario que la determinación de hacerlo se lleve a la par de la comprensión de las posibilidades de poner en marcha este #proyecto. Teniendo en cuenta está señal, los siguientes son elementos a cuestionar para conocer la posición desde la que se está tomando la idea de independización:



Elegir independizarse es un proceso para reflexionar.

1. Razón para elegir independizarse

Existen diversas razones por las que se puede buscar la independencia del hogar familiar: vivir sin horarios o reglas establecidas, salir a estudiar o trabajar a otra ciudad, desear encontrar identidad en un propio espacio. No hay una razón más valida que otra, pero pensar acerca de ella, brinda una idea acerca de las #emociones y #pensamientos que acompañan esta decisión. El proceso será más llevadero si se trata de una decisión meditada que de una tomada desde la impulsividad del enfado o el conflicto.


2. Situación económica

Independizarse depende en gran medida de las oportunidades económicas con las que se cuente. Evaluar presupuestos, ingresos y egresos de dinero, así como la capacidad de solvencia, son requisitos más que necesarios a considerar. Teniendo en cuenta factores de peso como la crisis económica, los salarios bajos y el alto costo de la vivienda, resulta indispensable implementar acciones de administración y ahorro que permitan hacer frente a las condiciones de vida actuales.



Vivir solo e independencia económica y emocional.

3. Estado emocional

Vivir sólo implica en primer lugar hacerse cargo de uno mismo, más allá de las tareas prácticas como el aseo del hogar o el pago de cuentas. La vida independiente moviliza a ser más #autónomo en las decisiones, acciones y en la consecuencia de los actos que se recibirán directamente. Es por esto que el estado emocional influirá naturalmente en la forma de llevar la vida consigo mismo. Esto no implica tener que esperar hasta que cada uno de los aspectos emocionales se encuentren arreglados, se puede comenzar reconociendo las diferentes sensaciones que transcurren en el día, vinculando los pensamientos que surgen, dando un camino para la #consciencia emocional.


Una alternativa a este estilo de independencia es cambiar los formatos de #vivienda que se tienen predispuestos, adentrarse a explorar diferentes formas que no se apeguen a lo tradicional puede resultar igualmente provechoso. Se suele pensar en esquemas definidos de lo que espera de la vivienda a determinada edad o por ideología, habitar un espacio puede ser pensando desde lo pragmático encontrando estructuras que sean funcionales para repensarse #comunitariamente, las realidades son totalmente distintas a lo que se creía que debería ser para generaciones anteriores por lo que la comparación sería insensata. Intentar la #independización y necesitar realizar ajustes o cambios como regresar a la casa familiar no tiene por qué ser observado como un fracaso, no siempre se tiene el control de todas las circunstancias y justo cuestiones actuales como la pandemia por Covid lo ha demostrado enérgicamente. Ya sea con otros familiares, roomies o por sí sólo, la experiencia de independizarse trae crecimiento y conocimiento personal, tomar la decisión es un momento que requiere seguridad y convicción, pero sobre todo la sensación de saberse #suficiente para continuar con esta nueva etapa de vida.




Psicóloga Estefany Hernández


Atención a niños, adolescentes y adultos


Asociación Libre - Psicólogos en Guadalajara

  • 21 ago 2020
  • 2 Min. de lectura

Pubertad y adolescencia

Hablar de #adolescencia nos invita a pensar en el desarrollo juvenil, el conflicto, la crisis, el estirón, la edad de la punzada, etc. Asimismo, “la personalidad adolescente” es aceptada comúnmente, como una transición natural hacia la identidad adulta. Justo en la #pubertad la vida del #niño se re-organiza de tal forma que introduce al joven en una metamorfosis biológica, psicológica y social, lo que implica una transformación total de su #identidad, #autoestima y #valores. Ya desde los años 70´s los psicoanalistas Aberastury & Knobel, propusieron el “trastorno normal de la adolescencia” como una manera de explicar este proceso. Donde señalaron qué debido a la multiplicidad de cambios físicos vividos por el #adolescente, así como “los duelos” elaborados inconscientemente durante esta etapa de la vid, organizan y caracterizan la personalidad de los #jóvenes adolescentes.


¿Pero a que duelos se refiere?


Desde el psicoanálisis el duelo es algo que va más allá de un #dolor de orden psíquico, un pesar o una aflicción. Que sin embargo supone un desafío hacía la propia estructura de la persona. Por ejemplo, en los adolescentes el rol #infantil frente a sus padres, la pérdida del cuerpo infantil, así como la fantasía omnipotente de los padres de la infancia. Son duelos necesarios que el adolescente debe de transitar ya que no puede ignorarles, lo que orillan al joven a enfrentar las frustraciones de la vida, con sus propios recursos y #aptitudes.

Contexto que en muchas ocasiones modifica profundamente la relación con sus padres y familiares. De ahí que las fantasías en la adolescencia ocupan un lugar muy importante ya que en ellas se expresa el aún latente “fantasma omnipotente y narcisista” que el adolescente en ocasiones necesita ser, para tolerar la demanda a la cual es sometido por el entorno.


Crecer no es fácil y el joven, al ser incapaz de renunciar a la satisfacción narcisista que se vive en la infancia, procurará recobrarla de manera temporal proyectando frente a él, un ídolo o ideal para seguir e imitar. El cual dicho de otra forma; no deja de ser, el sustituto del narcisismo perdido de su infancia. De ahí que la identidad, autoestima y valores del joven se ponen en juego bajo esta transición. #Personalidad y comportamiento que para los adultos puede parecer errático o infantil, por otro lado también denota un repertorio de creatividad sorprendente. Un poco de locura, cordura y crisis en una persona que antes fue un “tranquilo niño o niña”.

“La adolescencia es el periodo de tiempo que cada persona se toma para curarse de los cambios y crisis que la pubertad despertó e inauguró”.



Psic.Omar Ramirez.

Psicólogo de Niños, adolescentes y adultos 

Asociación Libre - Psicólogos en Monterrey 



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