La violencia se encuentra latente en nuestras vidas en general y ésta es depositada en diferentes espacios cotidianos, siendo el #fútbol uno de los #deportes más populares a nivel mundial, este entorno no podía ser la excepción. El #fútbol atraviesa fronteras, géneros y creencias, para los aficionados es más que la expresión de un #deporte, el #fútbol es una forma de vida independientemente de las diferenciaciones sociales o económicas, une a la afición en la emoción, la energía en los partidos y la pasión desbordante de acompañar cada juego. Posibilita la disminución de las tensiones rutinarias así sea sólo por 90 minutos, al ser una forma de escape de otras realidades, el escenario del #fútbol puede llegar a potenciar emociones que no encuentran otras maneras de ser gestionadas. ¿Qué condiciones estructurales llevan a que la #violencia sea la ruta de salida en el futbol?
Los lazos de grupo, conexión y pertenencia que existen entre los aficionados deportivos son de los más fuertes, comparados en similitud con los grupos políticos o la religión. En este tipo de agrupaciones se puede encontrar un común denominador, el fanatismo llevado al extremo, expresado tanto fuera como dentro de estos espacios. En las gradas de los estadios se encuentra una #identidad, la sensación de pertenecer, de ser reconocido socialmente y compartir un mismo interés. La pasión exacerbada que se viraliza en las tribunas no se queda ahí, se extiende a los lugares previos y posteriores a los encuentros, los aficionados apoyan en todo momento a su equipo, siguiendo su trayectoria, integrando la rivalidad a su vida cotidiana, desarrollando un sentido de territorialidad que le da valor a la exaltación de la fuerza. Los actos de #violencia en el futbol por grupos radicales están relacionados con el nivel de compromiso e identificación que el aficionado tiene con su equipo, como una forma de mostrar su lealtad, reafirmando su valía e# identidad.
La violencia en el #deporte es estudiada desde diferentes perspectivas teóricas. Para el psicólogo Jorge Garzarelli, la violencia se puede enfocar desde dos aspectos: el fanatismo y la agresividad. El fanatismo puede darse de forma personal o grupal y se presenta de forma contradictoria, por un lado, recoge deseos e #idealizaciones, pero por otro, esperanzas fallidas, decepciones, etc. que se proyectan en el ídolo, en el equipo o en el club. El modelo de Jhon Kerr explica los comportamientos #violentos como un intento de satisfacer las necesidades individuales, en el #fútbol la violencia se vería favorecida por la convergencia de individuos con las mismas necesidades. El antropólogo británico Jeremy MacClency matiza que el deporte no es un reflejo aislado de la sociedad, sino parte integral: "Debemos entender que el #fútbol no genera violencia por sí mismo. La genera una sociedad donde hay incertidumbre política, desempleo, pobreza, nacionalismos exacerbados que despiertan racismo y falta de educación. Toda esta presión contenida en la gente, toma escape en los partidos de fútbol".
Un estudio realizado por investigadores del Laboratorio de Neurociencia Social de la Universidad de Valencia en 2010, durante la final del Mundial de #Fútbol de Sudáfrica entre España y Holanda, mostró que los niveles de testosterona y cortisol de los individuos estudiados aumentaban significativamente durante el encuentro. Los autores trataron de conocer la respuesta hormonal ante el juego de #futbol, encontraron que el aumento de cortisol entre los aficionados durante el partido era interpretado como una respuesta adaptativa que los prepararía para afrontar y soportar las reacciones negativas de su entorno en el caso de perder el partido, representado como una amenaza para su identidad social, de ahí el incremento de cortisol, una hormona relacionada con el #estrés y la #ansiedad. Del mismo modo los niveles de testosterona, hormona relacionada con la competición social, aumentó preparándolos para defender o realzar su estatus social, haciendo más propensos a los sujetos a ver a los rivales como una #amenaza y como un compañero a aquel que pertenecía a la misma comunidad.
Existen diferentes perspectivas biológicas, sociales y contextuales para observar la violencia que se desenvuelve en torno al #fútbol. Son pocos los deportes que generan tanta pasión en sus aficionados, expresando en forma colectiva una emoción, mismas sensaciones que no tienen oportunidad de ser manifestadas en otros espacios, ya sea por la supuesta #masculinidad en juego o la #virilidad acompañada. Al ser estos grupos un medio para construir identidades colectivas, es necesario desarrollar espacios alternos para gestionar sentimientos, percibidos igual de validos como lo es la pasión en el #fútbol.
Bibliografía
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Sobrados León, M. (2012). Fútbol, pasión y violencia: comunicando fanatismo desde los medios. En J. Fernández Sanz, A. Rubio Moraga, C. Sanz Establés, Prensa y periodismo especializado 5 (pp. 33-43). Asociación De La Prensa De Guadalajara. https://idus.us.es0´p09/bitstream/handle/11441/31564/20151202161421163.pdf?sequence=1&isAllowed=y