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Artículos sobre Ayuda Psicológica

  • 8 nov 2017
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 8 mar 2020


Niños agresivos

Cada vez es más frecuente escuchar a padres y madres tener problemas con "niños agresivos" que describen como sus hijos llegan a retarlos verbalmente y hasta golpearlos por solicitarles hacer una actividad determinada (comer verduras, hacer la tarea) o bien, a abandonar una actividad placentera (dejar de jugar videojuegos, desconectarse de internet), es decir que son niños agresivos, retadores o "contestones".

La agresividad no está sólo en los niños, es una tendencia que está presente en todo los seres humanos, no importa su edad, lo que hay que aclarar es que son el tipo de manifestaciones de la agresividad las que son consideradas como enfermizas o patológicas.

La agresividad (los impulsos agresivos) y el enojo tienen una función, nos permiten defendernos cuando alguien o algo nos ataca o nos hace daño, sin embargo, cuando con dichas acciones agresivas no nos defendemos sino que dañamos, lastimamos, menospreciamos a los que nos rodean definitivamente rompe con el vínculo de la sana convivencia social, del acuerdo que nos permite vincularnos con los otros, "Nadie tiene derecho a golpearnos o insultarnos, yo no tengo derecho a hacerlo tampoco".

Pero ¿Qué podemos hacer en esas situaciones de agresividad infantil? ¿Es normal la agresividad en niños? ¿Debe permitirse que los niños golpeen?

Si tienes en casa o salón a un "niño agresivo", toma en cuenta las siguientes recomendaciones con respecto al tema:

  1. No permitas que el hijo te agreda. Si bien dije que los impulsos agresivos (agresividad) en niños es normal, es el manejo de éstos lo que nos permite vivir en sociedad y la edad no es una justificante para golpear o insultar. Recuerda las reglas que le enseñes al niño le dan la pauta de como lidiará con las cosas que le molestan o frustran, así como la manera en la que trata a las personas. Si el niño se muestra agresivo o incluso, llega a golpearte, detenle las manos con calma pero firmemente, indícale que te duele y molesta que haga eso y que tendrá una consecuencia por su acto. Acepta los impulsos agresivos, no los actos que dañan o lastiman.

  2. No golpees o insultes al niño. Niños agresivos no necesariamente significa padres que están siendo agresivos, sin embargo, en ocasiones la agresividad en el niño puede ser una respuesta a un acto o palabras por parte de nosotros los adultos. Evitar que el niño golpee o insulte, golpeándolo o insultándolo a su vez, ya que esto es incongruente y contraproducente. Recuerda, estamos creando un ambiente de disciplina pero además uno de respeto y amor hacia nuestros hijos.

  3. Habla abiertamente con el niño sobre las consecuencias y cúmplelas. Regularmente al niño agresivo se le grita, pero no se le explica. Cuando se haya calmado, explícale que cuando responde de manera grosera, cuando golpea o insulta, etc. lastima a los que están a su alrededor y que esa es la razón por la cual no debe hacerlo. Procura que la consecuencias impuestas sea un momento para que el niño piense, se desahogue y reflexione (retirarse a su habitación, sentarse en una silla especial para pensar, etc.) sin olvidar que después del tiempo en que se tranquilice deberá obedecer la instrucción. Si no puede convivir sin dañar, no convivirá sino hasta que no lastime o agreda a los demás.

  4. Los niños agresivos lo son por una razón. Entender la fuente de la agresividad del niño es fundamental para enseñarlo a aceptarla y controlarla en beneficio de su convivencia social, analiza cuando es más frecuente que presente agresividad (entorno donde hay mucha gente, cuando pierde en el juego, cuando no la invitaron a jugar, en la mañana, cuando regresas por él a la casa de su abuela, etc.). Entender es poder hacer algo al respecto, negarlo o solo querer que pare no modificará la situación.

  5. Conserva la calma y recuerda por qué es importante. Al principio el niño llorará, gritará, hará pataletas, saldrá corriendo, etc. El cansancio, hartazgo y culpabilidad al momento de disciplinar al niño que agrede suelen ser los principales obstáculos, recuerda que tu objetivo es mejorar la calidad de vida de tu hijo, prepararlo para el futuro y permitir que desarrolle habilidades para esforzarse y sobrellevar su frustración. Cuando pienses en “dejarlo pasar” recuerda porqué y para qué estás esforzándote.

  6. Consulta con un especialista. Recuerda que un especialista puede ayudarte a entender y plantearte diferentes maneras de comprender lo que está sucediendo al niño y porqué, recuerda que la agresividad está presente en todos nosotros, pero el especialista te puede ayudar a comprender porque este tipo de agresividad se presenta en este niño particular.

Actualizado: 7 mar 2023


con mi hijo adolescente, protejo o invado

Existe un eterno tema sobre la mesa con respecto a las técnicas para la crianza y disciplina con hijos adolescentes, y es ¿hasta qué punto estoy invadiendo la intimidad del adolescente cuando busco su seguridad?

Para eso quisiera comentar 5 puntos muy importantes para ser tomados en cuenta cuando buscamos supervisar y proteger a nuestros adolescentes:

  1. Límites saludables en la red. Papás de hijos adolescentes, las redes sociales, páginas de internet, videojuegos y programas de TV tienen límite de edad por una razón, y éste se fija si existe contenido sexual y/o violento, consumo de drogas, acoso, etc. dentro de lo que parece en la pantalla y esto una cuestión real. Asesórate con un experto sobre los filtros de edad, revisa tu historial de búsquedas, juega con el adolescente sus videojuegos, ve con ellos de vez cuando sus programas favoritos, etc. y permite que te comenten que piensan o que les gusta de ellos.

  2. No “espíes”, habla directamente con ellos. Uno de los temas que a muchos papás saca de quicio es la tendencia que el adolescente tiene a ser hermético y no poder hablar con él o ella más de 2 palabras seguidas y es por eso que se implementan "prácticas" como esculcar cajones, revisar lo que publica en Facebook, preguntar a sus amigos, etc. ¿Tienes dudas si sufre de acoso escolar o está saliendo con alguien que consideras puede hacerle daño? Confronta la situación, habla con tu hijo adolescente sobre el tema que te preocupa comentando tus miedos y tu frustración, dile lo que has visto de su comportamiento que te llama la atención, brinda la información, y si consideras necesario o lo que encontraste no sabes cómo interpretarlo o que tantas implicaciones puede tener, llévalos con un especialista.

  3. Asegúrate en donde están. La etapa adolescente es la etapa de transición entre un esquema de disciplina infantil y la adustez y es precisamente en este momento en donde el adolescente aprende a moverse por sí mismo, tener más actividades en solitario o con sus amigos, fiestas, etc. y por lo mismo importante que sepas en dónde está tu adolescente y con quién. No implica que los acompañes todo el tiempo o que no los dejes salir a ningún lado, pero si pide que te llamen cuando lleguen a algún lugar, fomenta la convivencia para conocer a sus amigos (es fundamental para su desarrollo como adolescente), ve por ellos de manera aleatoria para comprobar que están en donde te indicaron, solicítales que te manden su ubicación por el celular, etc. recuerda que es importante que les indiques previamente lo que harás y porqué lo harás.

  4. Si ya lo “cachaste”, mantén la calma. El manejo de la disciplina con hijos adolescentes es complejo, los adolescentes tienden a negociar, responden y expresan sus emociones con irritabilidad o enojo, sin embargo, si ha violado un acuerdo o regla, tu adolescente tendrá que cumplir la consecuencia, pero es prioritario que durante la consecuencia no le grites, insultes o golpees pues esto solo lo alejará de ti. Manifiéstale tu enojo de manera tranquila pero firme y explícale lo que piensas. Trata de llegar a soluciones en donde ambos salgan beneficiados para la siguiente ocasión (la hora de llegada se extiende una hora, pero me hablarás 1 vez en ese lapso de tiempo, etc.) pero no dejes de hacer cumplir la consecuencia, ¿llegó tarde? No lo dejes salir a la siguiente fiesta procurando no poner castigos de larga duración.

Focos rojos de atención urgente. Drogas, actividad sexual entre menores de edad, trastornos alimenticios, problemas con las autoridades (escolares o públicas), depresión e inseguridad extrema son situaciones de emergencia y necesitas pedir la interconsulta con un psicólogo o psicoterapeuta especialista en adolescente. Nada es más importante que la seguridad física y emocional de tu hijo, no dudes en asesorarte con médicos y psicólogos profesionales en las áreas en las que tu hijo (a) necesita ser atendido. Si su vida está en riesgo, la prioridad es su seguridad y debes de hacer todo lo que está en tus manos para que recupere sus valores y estabilidad para que tenga una vida plena y en bienestar.


Actualizado: 11 abr 2024



Cómo poner límites a los niños

Mucho se ha hablado acerca de la crisis de disciplina y falta de límites que como sociedad estamos presentando desde hace unos años (décadas), hablando incluso de una "epidemia" de niños que no obedecen, responden de forma altanera o agresiva a los padres, vaya, que no saben de límites.

Sin embargo, hay también una confusión importante acerca de lo que es un límite y su diferencia entre éste y una norma.

La gran diferencia entre un límite y una norma, es que los límites establecen el "NO" (así con mayúsculas) y las normas establecen el cómo SI realizar una acción de forma socialmente aceptable.

Los límites están vinculados a la seguridad del niño, están implicados en su supervivencia (peligro, higiene, sueño) y en el desarrollo de sus capacidades, sobre todo, su tolerancia a la frustración y su capacidad para perseverar en una tarea a largo plazo.

Las normas, en cambio, se formulan en positivo, pueden llegar ser negociables tomando en cuenta circunstancias o tiempos, e incluso ser modificables tomando en cuenta la etapa de desarrollo del niño. Es decir, los límites proveen un entendimiento profundo de los peligros y circunstancias del entorno del niño, como él puede protegerse a si mismo y mantener un respeto por lo externo, así como también, por su seguridad, fomentan la independencia y lo establecen como una persona que puede ser independiente y procurar su bienestar y salud. Ejemplos de límites y normas

Cuando es un LÍMITE No importa la edad, aplican para la sobrevivencia, seguridad e higiene del niño (incluso del adulto).

  • Cruzar la calle con cuidado y siempre viendo a ambos lados.

  • Al entrar al coche ponerse el cinturón de seguridad y no quitárselo durante el viaje.

  • No lastimar, golpear o insultar a ninguna persona o animal.

  • No aceptar ningún objeto, bebida o comida de extraños.

  • Bañarse teniendo cuidado de asear todas las partes de nuestro cuerpo.

  • Lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño.

  • No dejar objetos en el suelo pues alguien puede tropezarse.

  • Si hemos ensuciado o tirado algo hay que limpiar o levantarlo.

  • No podré obtener todo lo que deseo al momento, tendré que esperar o trabajar para lograrlo.

  • No permitir que alguien toque su cuerpo si lo hace sentir incómodo o lo hace sentir mal. Cuidar la salud e ir al médico cuando nos sentimos enfermos.

Una NORMA enseña formas sociales que permiten desarrollar costumbres, pero si no se llevan acabo no afecta la seguridad e integridad del niño

  • Tender la cama por la mañana.

  • Recoger los juguetes y colocarlos en la sesta después de jugar.

  • Hacer la tarea de 4 pm a 7 pm

  • Jugar con la pelota únicamente en espacios como patios o canchas.

Promover la noción de los límites en nuestros hijos le permitirá saber que la realidad y él mismo tiene límites, que debe cuidarse porque hay peligros reales en el exterior, que él puede protegerse a si mismo si las sigue, y que no importa su edad, puede ser independiente y visualizar su potencial como ser humano, pero que únicamente podrá alcanzarlo su trabaja en su objetivo.

¿Porqué poner límites es difícil?

Considero que este es el principal punto de la pregunta inicial, ya que muchos padres actualmente están siendo devaluados por su mismo entorno (padres, escuela, pareja) por su imposibilidad para poner límites y normas a sus hijos, pero ¿porqué a veces es tan difícil decir que no a nuestros hijos?

Puede ser que desde que nos genera culpabilidad, sentimos o pensamos que les estamos haciendo daño o privándolos de algo que en realidad tenemos o podemos proporcionarles de manera inmediata, puede ser incluso porque de una forma compensatoria, queremos darles lo que nosotros padecimos o no pudimos tener en nuestra infancia, sin embargo, los límites y las normas no tienen como función someter al niño, sino prepararlo para enfrentarse a la realidad de la vida, así como también, enseñarle que su entorno y él mismo merece respeto y amor.

Privarlos de los límites y las normas sería entonces el equivalentes a proporcionarles todo sin que tengan que trabajar por ello o esforzarse y esperar que sean independientes y creativos cuando estén el exterior.

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