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Artículos sobre Ayuda Psicológica




Dentro de las controversias sociales que existe entre los choques generacionales entre los padres o abuelos de las épocas anteriores a los años 80-90’s y los hijos o nietos de la denominada generación Y o Millenials (nacidos entre el año 1981 y 1996), la forma de educación hacia los infantes, más en específico de la #crianza, es sin duda, de los principales movimientos que causa revuelo y opiniones variadas, como todo, por una parte positivas y por el otro lado quienes consideran que es negativo y eso es parte del resultado del descontrol en sucesos culturales y eventuales en la sociedad, no solo en México, si no en otros lugares del mundo. Los comentarios a favor y en contra, se dan por  ha sido una notable diferencia en cuanto a las técnicas de #crianza, el rol o figura que los padres buscan representar con sus hijos, el acercamiento a ellos y el involucrarse en asuntos que van más allá de un sostén económico, sino también, buscar tener vínculos más cercanos y afectivos con los hijos. 

Hablar de #crianza, pero sobre todo para tener un juicio sobre el “bien” o “mal” de las nuevas formas de #crianza, es necesario considerar que las cifras aún no corresponden a la mayoría de la población para tener una valoración más precisa del impacto que esto está conllevando, es algo que se encuentra en vías de desarrollo, desde la concepción por parte de instancias que promueven y se ocupan de investigar el impacto de factores de #crianza en el desarrollo bio-psico-social de la niñez.

Para entender el concepto e implicación, o la práctica de la #crianza positiva, es necesario hablar de qué es, las bases en las que se encuentra recargada, el contexto histórico-social por el cual se comienzan a abrir nuevos paradigmas y formas de pensamiento en diferentes áreas, entre ellas, la #crianza, para posteriormente ilustrar ejemplos o técnicas breves, relacionadas a este modelo.


¿Qué es la #crianza positiva?





Desde la concepción de la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), la #crianza positiva es el conjunto de prácticas de cuidado, protección, formación y guía que ayudan al desarrollo, bienestar y crecimiento saludable y armonioso de las niñas, niños y adolescentes; y debe estar basada en la razón, la sensibilidad, el amor, la igualdad, la tolerancia y el respeto. 

La #Crianza Positiva se basa en el respeto a los derechos y dignidad humana de niñas, niños y adolescentes, es el método que deciden utilizar madres, padres y personas cuidadoras para cuidar y educar a través de conductas de disciplina no violentas.

Es el equilibrio entre firmeza (respeto al adulto y a la situación) y amabilidad (respeto al menor).

Algunos de los objetivos y aprendizajes que se persiguen a desarrollar en los menores por medio de la práctica de la #Crianza Positiva son:

  • Tener derecho a la libertad conlleva responsabilidad

  •  Respeto a las personas sin importar género, edad, procedencia, preferencias, etcétera.

  •  Puedo aprender habilidades de vida como la resolución de problemas, la comunicación y el respeto por los demás

  •  Los errores sean vistos como áreas de oportunidad para mejorar a futuro

  •  Mis padres me hacen responsable de mis decisiones y de explorar las consecuencias de las mismas sin medios como el chantaje emocional ni la manipulación o necesidad de hacerme sentir culpa, vergüenza o dolor.

#La crianza positiva y su implementación en la educación hace hincapié en el proceso y el esfuerzo, no quiere inmediatez ni corto plazo, no son los logros a corto plazo lo principal, si no a las metas a largo plazo. 


¿De dónde se originó el desarrollo de la #Crianza positiva?


La violencia, sin importar el tipo, tiene un sesgo negativo la vida de las personas, ninguna persona deb



ería de ser víctima de violencia. Es cuando más importante la afectación si se vive en la niñez o adolescencia, puede impactar gravemente en el desarrollo del autoconcepto, la autoestima, distorsionar lo que merecemos y muy posiblemente elegir relaciones con pares o parejas que repitan la forma en la qie se ha aprendido a relacionarse, dando por normalizado conductas autodestructivas o de daño que alguien más ejerza.

La disciplina violenta ha estado normalizada en nuestra sociedad por mucho tiempo, por ejemplo en la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México realizada en 2010, señala que el 40.2% de las personas adultas considera justificable golpear a un niño cuando se porta mal y un 25.3% señaló que es justificable como parte de la educación. Estos datos estadísticos son aportados por la SIPINNA (Sistema de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de México).

Sin embargo, muchas personas se dieron cuenta de que es posible acompañar la educación de niñas, niños y adolescentes utilizando métodos positivos y afectivos, pero que ello requiere reaprender a relacionarse como familias y como comunidad, implica comprender que los golpes y gritos evitarán momentáneamente que se presente una conducta, pero formar personas autónomas, capaces de tomar decisiones es un proceso que requiere trabajo y paciencia, pero que es la única forma de construir una sociedad distinta que vive y recrea una cultura de paz y de respeto a los derechos humanos.


¿Qué pautas puedo seguir para desarrollar una #Crianza Positiva?





El enfoque de la disciplina positiva, en lugar de centrarse en el castigo y en lo que no se debe hacer, pone el énfasis en generar una relación saludable con tu hijo y en fijar expectativas referidas al comportamiento. 

La UNICEF propone como base del desarrollo del modelo de la #Crianza Positiva entre el tutor y el menor, 5 recomendaciones que pueden servir:


  1. Planificar tiempo a solas con el menor. Esto implica tiempo de calidad, más que la cantidad de tiempo, la #Crianza Positiva propone CALIDAD. Que ese tiempo favorezca la vinculación y conocimiento de ambas partes sobre el otro libre de distracciones o factores de estrés relacionados al trabajo, pendientes o el uso de aparatos electrónicos.

  2. Elogiar por las cosas que hace bien, antes de la reprensión por todo aquello que no hace adecuadamente. Ayudar en el autoconocimiento de las cualidades y capacidades para utilizar en favorecimiento de aquello que quizá implica un mayor esfuerzo, teniendo la confianza de que es posible realizarse. 

  3. Establecer expectativas claras. En la #crianza positiva el cuidador se reconoce e involucra en la relación que se genera, por lo que, requiere utilizar una comunicación asertiva, expresando de forma directa (no supuesta ni sobre entendida) de lo que se espera o se pide al menor, siendo realistas al desarrollo en el que se encuentra y no sobre exigiendo situaciones que están fuera de la etapa evolutiva.

  4. Distraer al menor creativamente. Una estrategia útil puede ser distraerle con una actividad más positiva. Elegir el momento oportuno es también fundamental, pues parte de la distracción consiste en darse cuenta cuándo una situación está a punto de ir mal, y actuar.

  5. Explicar con calma las consecuencias. Es parte de involucrarlos en su mismo proceso, les permite la oportunidad de saber qué de lo que hacen es lo inadecuado y de qué forma puede terminar con algo que les resulta grato. Con ello, la #Crianza Positiva, intenta fomentar la oportunidad de elecciones que puedan ser aprendizajes clarificados y que da la libertad de elegir.


Es natural sentir rareza en esta forma de #crianza y quizá dudar de la propia capacidad y paciencia para aplicarla. Para ello existen mayor acceso hoy en día a talleres, grupos, conferencias para compartir y aprender de otras personas que recién se interesen o ya tenga mayor tiempo desarrollándose. Los psicólogos clínicos, también pueden ayudar en la labor de buscar esas modificaciones, acompañando en el entendimiento y aprendizajes propios que han estado involucrados para tener quizá más normalizada la violencia. 









Psicóloga Carolina López

Psicóloga de niños, adolescentes, adultos y parejas

Asociación Libre- Psicólogos en Guadalajara

  • 30 abr 2018
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 7 sept 2019



Uno de los temas frecuentemente abordados en escuela para padres, trabajos psicoterapéuticos con niños y adolescentes, consejería para padres de familia, etc. es esta llamada Crisis de Autoridad por parte de los padres hacia los niños o adolescentes, indicando que en la actualidad los niños y adolescentes cuestionan, no obedecen, contestan muchas veces de manera altanera o incluso regañando o exigiendo a los padres.

Un padre en alguna ocasión llegó a decirme "Hoy en día los patos les disparan a las escopetas, en mi época era impensable para mi responderle a mi padre y ahora, ya no sé que hacer para que mi hijo de 7 años me obedezca".

¿Qué es lo que está pasando con la autoridad y las formas de disciplina de las familias actuales? Antes de responder a esta pregunta es necesario y prioritario respondernos a una primer ¿cómo era la autoridad y las formas de disciplina antes? ¿Cómo nos educaban nuestros propios padres y cómo lo hicieron nuestros abuelos hacia nuestros padres?

Muchos padres han llegado a comentarme que no entienden esa "manía" de nosotros los psicólogos en insistir que no se les puede golpear (pegar) a los niños para hacer valer la autoridad (eso si, estableciendo siempre que es como último recurso).

Sin embargo, ¿la última (y más efectiva) forma de ejecutar la autoridad y la disciplina es pegándole a un niño o dando una bofetada a un adolescente?

Remontémonos a nuestra propia infancia y adolescencia, ¿cómo era nuestra familia de origen? Las familias de hace algunas décadas tenían una estructura autoritaria, los roles estaban bien definidos, y mayoritariamente la autoridad y la disciplina la ejercían los adultos, específicamente el padre, aunque con quien convivíamos de manera regular era la madre quien fungía como ama de casa y se encargada de todo lo referente a la crianza de los hijos mientras el padre fungía como proveedor. Regularmente no había posibilidad de discutir, negociar, etc., mucho menos cuando el padre estaba involucrado o había dicho alguna instrucción disciplinaria, la pareja de los padres difícilmente discutía o si lo hacía ya se sabía el resultado, el padre tenía la última palabra y si existían negociaciones, eran a escondidas, en privado hablando con la madre, era ella la que se enteraba de todo aquellos que acontecía en la casa y era la encargada de informar (u ocultar) la información al padre.

La autoridad, la disciplina y las consecuencias en esa época eran definitivas y muchas veces, no aclaradas. Se inventaban "al vuelo", a conveniencia o necesidad de los padres (muchas veces en arranques de ira o desesperación) e inculcaba invariablemente ser golpeados con cintos, chanclas o con la mano extendida. Para regañar o reprender se usaban adjetivos como flojo, tonto e incluso palabras altisonantes, o bien, prolongados silencios en donde por horas, días o semanas uno de los padres no hablaba con el hijo en particular, aunque en ocasiones incluía a todo la familia.

Hoy en día esa estructura es imposible de llevar, iniciando con las labores parentales, cada vez son más raras las familias con una estructura en donde el padre es el proveedor exclusivo y la madre permanece mayoritariamente en casa. Actualmente ambos padres trabajan o tienen actividades que los alejan de casa. La labor parental es compartida, la comunicación entre los padres ha aumentado, la vida en pareja incluye la noción de igualdad de toma de decisión y palabra. Y eso se debe a una serie de luchas con respecto al derecho de las mujeres para tener control y decisión sobre sus vida y también, el derecho a los hombres de ser involucrados en la vida familiar, ser visualizados con seres humanos que requieren apoyo y que necesitan una vinculación emocional y afectiva por parte de su pareja e hijos.

En la actualidad los niños tienen acceso a información y al conocimiento, ya no está centrado en la figura del padre o del profesor, por lo que esa barrera del saber no se centra en el adulto, entonces ¿cuál es la labor del padre actual?

Preparar a los hijos para enfrentarse al mundo que les tocó vivir

Entonces ¿Las familias "de antes" eran funcionales y las de ahora no? Aclaremos, antes había autoridad y se sometía por la fuerza a quien no estuviera de acuerdo incluso cuando había abuso y violencia. Si lo que se pretende hacer con las estructuras familiares es replicar la estructura social, no es extrañar las manifestaciones a nivel social y psicológicas que tenemos por parte de "los adultos" actualmente. Ya sea porque se deseaba escapar de una estructura familiar restrictiva o bien, porque no existió ninguna estructura.

Actualmente toda estructura de autoridad y disciplina familiar debe de estar basada en ideas claras acerca de lo que queremos fomentar en nuestros hijos a largo plazo, lo que implica generar personas independientes, creativas, que cuestionen y propongan soluciones, que puedan vincularse y amar, que busquen su felicidad, acepten las frustraciones de la vida y que se sobrepongan a ellas. ¿Y como se hace todo esto?

Primero definir los límites, para esto te recomiendo leas el artículo COMO PONER LÍMITES A MIS HIJOS o también el artículo PUEDO SER AMIGO DE MI HIJO el cual indica la diferencia entre un límite y una norma, entre ser democrático o permisivo.

Papá y mamá que lee este artículo, para establecer autoridad y disciplina en casa hay que pensar lo que queremos hacer, no rendirnos, hablar con nuestra pareja, manejar un frente común, respetar y hacer que se nos respete también.

Dependiendo de la edad de los niños podremos hablar y negociar con ellos, en los primero años tendremos que definir y si pretendemos llenarlos de juguetes, comprarles todos los juguetes y dejarlos viendo el celular o la televisión para que se entretenga preparémonos para enfrentar las consecuencias de nuestros propias decisiones, ya estaremos formando NIÑOS CONSUMISTAS, que piensan que solo tienen derechos y no obligaciones, niños (que serán adultos) dependientes que creen que todas sus necesidades deben ser satisfechas por otro y que trabajar, recoger, lavar lo que se ha ensuciado es un castigo.

Ser padres y fungir como soporte de nuestros hijos no es tarea fácil, sobre todo porque estamos en una estructura nueva y tratando de construir un esquema de autoridad y disciplina diferente al que fue usado por nuestros padres. Investiga, infórmate con personal profesional (psicólogo escolar o externo), lee y encuentra tu propia forma de entender y fomentar valores en tus hijos.

  • 11 dic 2017
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 7 sept 2019



Crianza respetuosa e introspectiva

Desde hace ya algunas décadas el término de crianza respetuosa comenzó a surgir como una forma de abordar educación y formación al interior de la familia de los niños y adolescentes, ésta tiene como idea fundamental que considera a los niños antes que nada como personas con los mismos derechos de un adulto y cuyas bases fundamentales son el amor, el respeto y los límites no punitivos (disciplina positiva, límites pensados en la autoprotección e independencia de los niños).

Surgida de la Teoría del Apego desarrollada por el psiquiatra infantil John Bowlby, la crianza respetuosa se establece como una alternativa a una crianza autoritaria, en donde se consideraba a los niños y adolescente como elementos sin decisión ni opinión en donde la disciplina se establecía desde el castigo físico o psicológico (insultos, apodos, silencios), estableciendo que la principal necesidad del niño y el adolescente dentro del hogar es la de recibir afecto, vínculos significativos y profundos con sus padres o encargados de su crianza y el establecimiento de un mundo familiar entendible, coherente y estable que permita al niño experimentar, explorar, vivir el mundo y enfrentarse a la frustración, las reglas, la convivencia social e incluso el ataque de su entorno con la posibilidad de salir adelante cuando se enfrente a dichos obstáculos pues tendrá fortalecido su mundo interno, su autoconcepto y por supuesto, su amor propio.

Para hablar de crianza respetuoso existen 6 principios para definirla, entenderla y poder implementarla:

1. Tratar a los niños como a iguales, es decir, tratarlos como a nosotros como adultos nos gustaría ser tratados. Mantener una autoridad mediante el respeto a la integridad del niño como persona, no impuesta mediante el miedo o amenazas.

2. Empatía hacia los niños para que ellos puedan ser empáticos a su vez. Ojo, ser empáticos no significa "ponerme en los zapatos del otro", muchos padres quieren enseñar a sus hijos hablando de sus propias experiencias y cómo los niños deberían de sentirse a partir del referente que tiene el padre - "Tu abuelo me regañaba constantemente y yo tenía que obedecerlo, valora que yo ahora hablo contigo y no te abofeteo o insulto - sino más bien, entender al otro, reconocer e identificarme con lo que lo que puede estar sintiendo reconocimiento y valorando sus necesidades, deseos y sueños.

3. Responder hacia las necesidades, sentimientos y pensamientos del niño de forma contante y sostenida.

4. No forzarlo a madurar o infantilizarlo. Papás que quieren que niños de 2 o 3 años permanezcan sentados y callados horas o papás que recogen los platos y recámara de adolescentes de 15 o 16 años ¿te suena parecido a lo que vez en casa o a tu al rededor? Fomentar que los niños y adolescentes adquieran los elementos necesarios

5. Límites y disciplina positiva. ¿porqué mi hijo no me obedece? ¿qué hago si mi hijo me insulto o me golpea? ¿qué es un límite? ¿cómo puedo trabajar la disciplina positiva con mis hijos? ¿cuál es la diferencia entre un límite y una norma? Para saber más sobre este punto te recomiendo el artículo CÓMO PONER LÍMITES CON MI HIJO o AUTORIDAD Y DISCIPLINA PARA PADRES.

6. Haz introspección y reflexiona. Desarrollar una crianza tanto respetuosa como introspectiva significa que tu como padre o mamá realmente mires a tu interior, realices una inspección interna, pienses, te cuestiones, de observes y te analices para valorar cómo y porqué estás criando a tus hijos de la forma en la que lo haces y si en este análisis determinas que quieres cambiar de dirección puedas visualizar el rumbo y el porqué deseas cambiar el esquema de crianza que hasta el momento has llevado.

Regularmente y de forma inconsciente terminamos ya sea repitiendo o tratando de compensar situaciones de nuestra propia infancia que no logramos entender y que replicamos con nuestros hijos en la actualidad, es importante que te cuestiones, ¿Cuándo pienso en mi infancia, de qué me acuerdo?, ¿Cómo recuerdo a mis padres?, ¿Cómo se manejaba la disciplina en mi familia de origen?, ¿Qué de lo que pasó en mi infancia jamás quisiera que mis hijos pasaran?, ¿Cómo suelo reaccionar cuando me enojo o me frustro?, ¿Siento que el tiempo que paso con mis hijos realmente convivo con ellos o suelo aislarme?, ¿Cómo les expreso amor?, ¿Hablo con ellos, los conozco realmente?, La disciplina que aplico en casa

¿funciona?, ¿Cómo me vivo y me siento cuando convivo con mi familia (pareja e hijos)?,

La crianza respetuosa e introspectiva establece una crianza que prepara para crecer y madurar con forme a la edad y las situaciones que el niño y el adolescente vive en su desarrollo, prepara para vivencias los límites y las reglas mejoran nuestra convivencia, nos protegen y determinan tanto mis derechos como obligaciones, es decir nos prepara para vivir en sociedad de tal forma que seamos independientes, autónomos y con habilidades para convivir saludablemente con nuestro entorno.

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