Es cada vez más usual a nuestro alrededor oír hablar de que los niños son #hiperactivos y tienen problemas de atención, aspectos que principalmente van tomando mayor auge en la incorporación de los infantes en las etapas escolares, donde muchas de las características que son consideradas como propias al #TDA o #TDAH se agudizan al ser vistas por los profesores, quienes muchas veces son quienes solicitan a la familia hacer la valoración y atención respecto con la posible existencia de un Trastorno de Déficit de Atención (TDA) o la variación Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad(TDAH).
El #TDA y #TDAH, se consideran dentro de la clasificación de trastornos del neurodesarrollo, los cuales tienen una base neurológica relacionada a la maduración cerebral en la edad infantil, que pueden afectar la adquisición, retención o aplicación de habilidades específicas o conjuntos de información. En el caso específico de #TDA o #TDAH las principales alteraciones están enfocadas en la atención, la memoria, la resolución de problemas y la interacción social. La mayoría de la información que se tiene al alcance está encaminada a cómo se detecta y es percibido en la niñez, sin embargo, hablar de #TDA o #TDAH es necesario reconocer que al ser un trastorno del neurodesarrollo, puede implicar que si dichas áreas en las que existen dificultades no son estimuladas, puedan continuar presentándose en edades ulteriores con agudizaciones principalmente en la resolución de problemas y la interacción social.
Si bien la adolescencia representa un reto en sí misma la etapa al estar de manifiesta la importancia de la conformación de la identidad incluida la identidad sexual, la vinculación fuera de los lazos familiares, el comienzo de asumir la toma de decisiones a futuro; en algunos adolescentes con #TDA y #TDAH, este tipo de experiencias se vuelven angustiosas y con grandes dificultades, principalmente, cuando no existe una inteligencia emocional sobre el propio sentir.
¿Qué pasa con algunos de los síntomas de TDA o TDAH en la adolescencia?
La hiperactividad, uno de los síntomas más frecuentes con lo que se reconoce el #TDAH, en esta fase tiende a difuminarse al adentrarse este periodo, sin embargo, esto no quiere decir que no tenga manifestación alguna, muchas veces, tiene aparición la falta de moderación y de discriminación sobre importancia en labores por medio de conductas impulsivas. A nivel cerebral, el área prefrontal, se relaciona en términos madurativos con la inhibición de impulsos y la tolerancia a la frustración, la cual, en términos generales termina de madurar aproximadamente a los 20 años.
A nivel cognitivo, se puede apreciar dificultad en proyectar a futuro planes o rutas específicas que les puedan llevar a resultados óptimos. Claramente puede verse en un adolescente con #TDA y #TDAH tomando acciones sobre tiempos límite, sin una organización que le permita el aprovechamiento del tiempo o con pasos clarificados a seguir, siendo a veces ciertas respuestas de acción un tanto ilógicas o poco viables.
En el ámbito social, realizar amistades no siempre es algo sencillo, suele haber inestabilidad de relaciones puesto que muchas veces las críticas y la incomodidad que causan ciertas actitudes impulsivas, así como la poca tolerancia a la frustración, dificulta que puedan estabilizar vínculos. Sumado a que los señalamientos a estos comportamientos sean razones por las cuales se vean aislados de grupos sociales, con lo cual acrecienta la dificultad de relacionarse y la inestabilidad en personas con #TDA y #TDAH, aunado a una imagen negativa de sí mismos, que puede culminar en casos no atendidos en problemas emocionales como depresión o ansiedad.
La atención es también un proceso que se ve turbado; a mayor carga académica, el rendimiento puede verse decaído, sobre todo cuando las actividades conllevan esmero en detalles o sutilezas, así como tareas repetitivas o de poca variación en los sentidos. Esto lleva a que no se realicen, o dejen inacabadas, y en caso de realizarse, la calidad con la que se entregan no complace los estándares que se solicita.
En contrariedad con lo que pueda esperarse de un adolescente al desarrollo de autonomía (acatamiento de instrucciones, desenvolvimiento en labores escolares y menor búsqueda de las figuras parentales), adolescentes con #TDA y #TDAH, requieren supervisión y apoyo en la elaboración de planes personales, el tiempo que requiere para organizarlas puede ser mayor.
Los cambios en estados de ánimo es posible que también puedan variar con mayor facilidad que en un adolescente sin déficit; hay tendencia a mostrarse más irascibles y en ocasiones agresivos ante los bajos niveles de manejo emocional.
Hacia la adultez, los diagnósticos de TDA y TDAH llegan a encontrarse con dificultad en el sostenimiento de trabajos, como generalidad, aquellos que son de poca variación y requieren mayor trabajo cognitivo que actividad física o permita tener cambios en estímulos o actividades.
No existe un modo específico en que pueda comportarse un adolescente, mucho menos si existe un diagnóstico de #TDA o #TDAH. Las variaciones pueden darse en la combinación de los síntomas predominantes, el apoyo en el contexto familiar y escolar con que cuenten, la atención que se brinde para su desarrollo y sobre todo, las fortalezas y disposición que tenga una persona con #TDA/#TDAH para su mejora.
Hablar de TDA o TDAH en la adolescencia, no quiere decir que todo es catastrófico, en algunos casos, los síntomas pueden ir disminuyendo o encontrar formas adaptativas para responder a los contextos en los que se relacionan.
La atención temprana y continua sobre esta afectación es primordial, en los trabajos terapéuticos, el involucramiento de la familia es esencial, que dentro de ella existan procesos reflexivos que permitan pensarse sobre qué de lo que realizan puede favorecer las reacciones desagradables que perciben en su adolescente, de qué modo ellos se encuentran involucrados en el bajo control de emociones e impulsos sea por medio de ejemplos o sistemas rígidos que tengan elevadas expectativas, que más que inalcanzables, requieren tiempo y paciencia por parte de los padres principalmente. Los sentimientos de frustración, tristeza, decepción, son percibidos por las personas con #TDA o #TDAH, pero la misma dificultad que puede haber en la comunicación familiar, complica que sean temas que se puedan aperturar y tener un mejor flujo en la dinámica.
Ante cualquier duda, asesoría o acompañamiento en el manejo de estas situaciones, puede acudirse a un especialista de la salud mental, que pueda ayudar a encaminar el proceso a una mejor resolución no solo para el adolescente, si no también para la familia.
Psic. Carolina López