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Artículos sobre Ayuda Psicológica

¿Terminaste con tu pareja recientemente ?

Rupturas amorosas durante COVID-19

Tal vez la pandemia terminó por separar lo que en fondo ya estaba roto, o simplemente la distancia ocasionada por el aislamiento lo hizo insostenible o en el mejor de los casos tal vez un acuerdo mutuo, las relaciones terminan y la vida sigue. Sin embargo “el mal de amores” es un camino que puede convertirse en destino, una prisión de culpa y esperanza.



En la mayoría de las ocasiones, asimilar la nueva realidad frente a la ausencia de un ser amado implica un #duelo, lo que para la #psicologia conlleva una experiencia que va más allá de un dolor emocional y supone un desafío hacia la estructura propia de la persona. De tal forma que le implica un proceso de deconstrucción, que en caso de ser experimentado a la par de una #psicoterapia (impartida por un profesional), suele convertir este proceso en una experiencia más balanceada y en ocasiones mucho más fácil de sobrellevar.

Ciertamente hoy en día la salud mental es tomada con mayor seriedad por la sociedad. De tal forma que en #ALclinica[1] ofrecemos múltiples alternativas para ayudar a elaborar aquellas situaciones que hacen sufrir a las personas. Sin embargo, aún existen múltiples #mitos y resistencias que impiden a las personas acceder a este tipo de servicios profesionales de salud.

Un #mito muy común es que “el tiempo cura todo”, o como dice una canción mexicana: no hay mal que dure 100 años , ni cuerpo que lo resista” lo cierto es, que es una creencia falsa y peligrosa ya que el tiempo no lo cura todo y en realidad el tiempo por sí solo no cura nada.

Del mismo modo existe la creencia de que un tiempo razonable para “ superar a alguien” gira en torno a los 6 meses, sin embargo esto también es falso ya que cada persona cuenta con recursos distintos para afrontar sus pérdidas en general.

¿Entonces, cómo puedo saber si aun tengo heridas por cerrar?

Existen algunos signos muy sencillos que ayudan a saber si tenemos heridas pendientes de tratar y estos son algunos:


● Revivir una y otra vez, voluntaria o involuntariamente, personas, circunstancias o emociones relacionadas con el pasado.

● Realizar conversaciones imaginarias en las que podemos expresar aquello que deberíamos haber dicho en su momento a alguien.

● Situaciones presentes nos recuerdan a una de pasado, no permitiéndonos estar presentes en ella.

● Tener miedo a volver a sufrir el dolor que hemos sufrido anteriormente. No permitiéndonos experimentar nuevas experiencias y relaciones.

● Cuando lo que le sucede a una persona de nuestro entorno nos recuerda inevitablemente a algo que ya vivimos, haciendo que nos impliquemos en exceso en intentar dar nuestra ayuda.

● Si sentimos que algún suceso pasado nos ha marcado en nuestras vidas.


En caso de identificar algunos signos en ti, te recomendamos buscar #consulta #psicológica. Ya que de esta manera podrás elaborar y cerrar las viejas heridas que han quedado en tu interior y así lograr liberar la carga emocional que implica un #duelo no resuelto . Y recuerda: No confíes en el tiempo porque el tiempo no lo cura todo. Es verdad que el tiempo nos puede ayudar para elaborar nuestro proceso curativo, pero sólo cuando logras la capacidad de comprometerte y hacerte cargo de tu propio bienestar.


Ánimo, la libertad emocional está ahí junto a tus dudas y su costo es la responsabilidad, ya que la responsabilidad es el precio de la libertad.




Administrador.

  • 1 oct 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 24 may 2021


Mi pareja me golpeó ¿Qué hago?

Es sumamente frecuente que acudan al consultorio personas que solicitan iniciar un proceso terapéutico a causa de que son víctimas de violencia. Igualmente, esto se ha reflejado recurrentemente en las redes sociales que tenemos en Asociación Libre en donde nos solicitan terapia psicológica a causa de ello. Desafortunadamente, es común que nos encontremos en nuestro correos con frases tales como: “Mi pareja me pegó ¿Qué hago?” “Mi pareja me golpea.” “Soy víctima de violencia, ¿Qué puedo hacer?” “Mi novio me golpea.” “Mi novia me golpea cuando está enojada.” “Mi pareja es muy celosa, ¿qué hago?”.

Nadie debe ser objeto de violencia, el hecho de que ocurra una mínima muestra de violencia ya es una señal de alarma, no obstante, sí tenemos que tener presente que hay situaciones de peligro inminente o inmediato para lo cual es necesario intervenir de forma rápida. Un primer paso que podemos realizar es solicitar atención psicológica dado que esta es un elemento importante para la atención emocional de la víctima de violencia puesto que provee de apoyo para enfrentar este tipo de problemáticas, así como también para analizar situaciones de nuestra historia personal que pueden estar vinculadas a los sucesos de violencia, incluso, esta nos permite cuestionar las ideologías con respecto al género y los roles con las que crecimos o nos desarrollamos como individuos. También los procesos terapéuticos impartidos por nosotros los psicólogos sirven para detectar hechos, acciones y situaciones de violencia de las que no estábamos conscientes.



Mi novio me golpeó ¿qué puedo hacer?

Sin embargo, no se puede solucionar solamente con un proceso terapéutico, principalmente cuando existe un riesgo inminente de que la víctima sea atacada y esté en peligro su integridad, de allí que es necesario que las y los profesionistas en psicología intervengamos de forma multidisciplinaria y con diferentes medios y estrategias para preservar la vida de quienes sufran violencia.

Sabemos que se requiere de todo un camino para que la víctima logre iniciar un proceso legal en contra de su agresor, no es una decisión sencilla dado que la víctima de violencia se enfrenta a diversos factores adversos tales como: una reacción negativa por parte de familiares y por temor a que el agresor se torne mayormente violento. Igualmente existe un temor y decepción hacia las autoridades al momento de interponer una denuncia dado que ocurre un fenómeno que se le identifica como proceso de revictimización en el cual suceden varias cosas, entre ellas suelen ser las siguientes:

  • Que las autoridades no le brinden el apoyo requerido a la víctima.

  • Si se le toma la denuncia, que existan comentarios en el que se le juzga o desestima el dicho de la víctima.

  • En peor medida, se culpa a la víctima del suceso que le aconteció.

  • Es importante mencionar que el mismo proceso de denuncia es complicado y pesado en sí mismo, dado que requiere de tiempo para explicar o relatar en múltiples ocasiones la situación traumática de violencia e incluso requiere de intervenciones de diferentes profesionales (personal médico, trabajadores sociales, psicólogas, psicólogos, abogados, abogadas, etc.), lo que genera mayor incomodidad y desgaste emocional a la víctima.

Debido a lo anterior, el proceso psicológico también interviene de forma positiva dado que lxs terapeutas o psicólogos además de acompañar afectivamente en el proceso, también pueden brindar información acerca de las instituciones a las que lxs pacientes víctimas de violencia puede acudir a solicitar ayuda de forma oportuna, así como también puede brindar herramientas de preparación ante la situación complicada de una posible denuncia. Del mismo modo, el proceso psicológico también contribuye a que la víctima de violencia establezca redes de apoyo y encuentre el momento preciso para interponer una denuncia o de dejar relaciones de riesgo. Si alguna vez te ha ocurrido alguna situación de violencia con tu pareja o te has preguntado qué hacer si sufres de violencia, te invitamos a que te comuniques con nosotros. Todes tenemos el derecho de disfrutar de las relaciones de pareja y de vivir sin violencia.

  • 3 abr 2020
  • 3 Min. de lectura

La aparición del COVID-19 no solo ha traído consecuencias y movimientos significativos sobre la salud, la educación, economía y nuestras actividades cotidianas. Esta pandemia también ha traído una encrucijada al momento de externar amor o afecto.



La pandemia nos introduce en un problema, en un dilema que, conforme avancen los días se irá incrementando, principalmente en el segundo caso en el que estamos en una momentánea “permanencia” con nuestros allegados. Sabemos que tanto el hacinamiento y el estar encerrados por tanto tiempo provocan dificultades importantes para interactuar. La falta de espacio genera incomodidad, mayor irritabilidad, aburrimiento. ¡Qué situación tan complicada para quienes el estar en el trabajo, en la escuela, grupos, deportes los salvaba de fricciones familiares! Mas que justificada la preocupación de expertos en salud mental y seguridad pública, en que en estos días desafortunadamente se incrementará la violencia dentro de las familias.


Aun y cuando la situación es complicada con el COVID-19, hay que ingeniárnosla para sobrellevar la situación. Podemos buscar estrategias, puntos en concordancia para convivir y otros espacios en los que se establezcan límites con los demás. Por ejemplo:


  • Podemos hablar entre los miembros residentes, realizar tareas recreativas y de diversión.

  • Es fundamental distribuir equitativamente las tareas relacionadas con el aseo del hogar y tener disposición para cooperar en la realización de estas (¡Esto del aseo pareciera eterno! ¡Jamás se termina! ¡Menos en estos momentos de pandemia!).

  • Igualmente, es válido dedicar tiempo a descansar, no todo el tiempo se tiene que estar activo y por supuesto, permitir que los demás que descansen.

  • Es conveniente tener momentos de soledad o incluso ensimismarse (por momentos) en una red social, así como pedir espacio y pausas a los demás.

  • Es de suma importancia estar advertidos que las diferencias van a estar presentes o van a ocurrir en algún momento y que efectivamente el otro también, en algún momento puede estar incómodo o molesto con nosotros y pedir un “tiempo fuera”, teniendo en cuenta que es incomodidad, no debe de haber lugar para violentar o que nos violenten.

El estar con alguien todo el tiempo ¡es una locura! Esto de la “sana distancia” hay que llevarlo de lo físico a lo emocional permitiéndonos espacios con los demás.


Un aspecto que no hay que perder, es el contacto con personas fuera del núcleo familiar y para ello hay que explotar los recursos tecnológicos con los que contamos en la actualidad: video llamadas, mensajes por redes, etc. Sabemos que las condiciones económicas no son iguales para todos, pero incluso podemos hacer uso de la llamada convencional para no perder contacto con amistades. Esta situación de la distancia o el amor en línea no es nada nuevo, hay quienes desde hace muchos años han hecho uso de estas herramientas.


Por ejemplo, personas que, por situaciones de trabajo, estudios o distintos motivos, han tenido que cambiar de residencia a otras ciudades valiéndose de medios y aplicaciones para tener contacto con sus seres queridos. Sin embargo, a causa de la pandemia actualmente todos nos vemos en la necesidad de hacer uso de estos medios. Cabe mencionar que también, el establecimiento de lazos amorosos utilizando las redes sociales han sido tema de discusión de forma constante. Principalmente lo han planteado nuestros adolescentes, quienes desde hace ya un tiempo mantienen interacción por internet con mayor facilidad que los adultos.


Esta situación de emergencia sanitaria por el COVID-19 nos plantea nuevas formas para establecer vínculos. Por un lado, el establecer límites con quien nos encontramos en cuarentena y permitir que el otro establezca límites con nosotros. Por el otro, establecer vías para comunicarnos con nuestros seres queridos por nuevos caminos, a pesar de la distancia y la reducción del contacto físico. El resguardo, la distancia y el confinamiento pueden convertirse en un acto de amor hacia la pareja, la familia, los amigos o los más vulnerables ante este reto que plantea el COVID-19.

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