Muchas veces cuando nuestros #hijos se equivocan sienten diferentes emociones de acuerdo a su carácter, las reacciones más comunes son el enojo, el llanto o la vergüenza.
Dependiendo de cómo reaccionemos ante ésta situación con nuestros #hijos podemos ayudarlos o no. Si los regañamos o etiquetamos creamos vergüenza en ellos. Todos sabemos lo que es el regaño, pero veamos a qué nos referimos con etiquetarlos: cuando estamos muy enojados por alguna situación se nos salen ciertas expresiones que se llaman etiquetas, tales como “no sirves para nada”, “eres un niño tonto”, “eres el que siempre crea problemas”, etc.
Ahora veamos qué es la vergüenza: es la turbación del ánimo ocasionada por la conciencia de alguna falta cometida o por alguna acción deshonrosa y humillante. La persona que se siente avergonzada baja la cabeza, evita contacto visual y se sonroja. La postura corporal también cambia, es como si quisiera envolverse en sí mismo para esconderse de todo y de todos. No podemos evitar que nuestros #hijos experimenten sentir vergüenza, lo que si podemos es acompañarlos y escucharlos cuando la sienten.
A continuacion te dejo unos consejos para manejar estas emociones en tus #hijos:
Conecta con tus #hijos hablando con ellos y diciéndoles que estas ahí para ellos por si quieren hablar. Puedes decirles: ¿Qué pasó?, ¿quieres contarme?, aquí estoy para ti y abrázalos, diles cuánto los quieres y que pueden confiar en ti.
No juzgues, ni le des sermones, ESCUCHA.
Después de que te cuente lo que pasó, puedes contarle alguna anécdota parecida que te haya sucedido y decirle: sé lo que sientes, porque a mí me pasó lo mismo que a ti. Y se sentirán comprendidos.
Ser empáticos y comprensivos.
Reflexiona con tus #hijos sobre la situación que sucedió.
Hazles ver que cuando alguien te insulta, te humilla o te hace sentir mal, tiene que ver más con la persona que lo hace que con uno mismo.
Díles que todos somos humanos y que todos nos podemos equivocar en algún momento.
Céntrate en la acción y no en tu hijo, le podemos decir: hijo esto que hiciste no estuvo bien, pero eso no quiere decir que seas malo. Tratemos de corregir de buena manera la acción, guiándolos.
No hay que hacer un drama de la situación. Háblales a tus #hijos de acuerdo a su edad.
Reconoce en voz alta cuando te equivoques, por ejemplo: “Creo que la comida me quedó un poco salada, pondré más atención la siguiente vez”, o “Tuve un error en el trabajo, pero me di cuenta y lo remedié de inmediato”. Esto ayudará a que tus #hijos se den cuenta de qué aunque eres el papá o la mamá también te equivocas, pero que todo tiene remedio.
Reírse con nuestros #hijos de alguna situación graciosa que te sucedió en el día. Que tus #hijos se den cuenta que te ríes de algo que te pasó.
¿Quieres saber más acerca de este tema?, acércate a un psicólogo, toma terapia o toma sesiones para padres, porque nadie sabemos cómo ser padres y madres, sólo conocemos la forma en que nos educaron a nosotros.
Acércate a los especialistas, no te vas a arrepentir de tener una mejor relación con tus hijos, hijas y aún con tu pareja.
Psic. Rocío Argüelles.