¿Te has preguntado si algunas de las cosas que hace tu hijo pudieran ser ansiedad? ¿Cómo? ¿Un niño con ansiedad? Efectivamente. La ansiedad puede manifestarse a cualquier edad, sin embargo las maneras varían un poco según la edad. A continuación veremos una lista de síntomas que pudieran asociarse con ansiedad en la infancia:
Dolor de cabeza. Pueden manifestarlo de manera verbal o podemos ver cómo están irritables y se tocan su cabeza constantemente, se acuestan o buscan abrazos de manera continua. Es importante preguntar si les duele su cabeza y descartar cualquier otra causa médica.
Inquietud o impaciencia. Los niños en ocasiones pueden demostrarlo con berrinches, preguntas repetidas en poco tiempo y llanto desesperado al no comprender qué ocurre o cómo solucionarlo.
Dificultad para estar con personas nuevas. Expresado con llanto, se aferran a la ropa de mamá o papá, silencio, aislamiento y evitar sitios nuevos.
Fatiga fácil. Juegan menos o duermen más, periodos más cortos dedicados a las actividades cotidianas, dificultad para poner atención a lo que hacen, así como dificultad para continuar motivados en el juego.
Preocupación constante por agradar. Frases comunes son "¿Lo estoy haciendo bien?" "¿Así?" "¿Me revisas, maestra?", para asegurarse que lo realizado cumple las expectativas del adulto.
Nerviosismo y timidez. Se manifiesta como aislamiento y evitación a hablar con los demás, así como preferencia por quedarse en un lugar seguro. Prefiere quedarse solo o con mamá que jugar.
Dolor de estómago frecuente. Es frecuente que aparezca en la escuela en momentos angustiantes para el niño, sobre todo si se dan situaciones de acoso escolar o dificultades para el aprendizaje. Por lo que es importante también una exploración física y clínica de otros factores.
Miedo a dormir solo. Prefieren dormir en el cuarto de los padres o hermanos y se les dificulta conciliar el sueño si no se sienten seguros.
Tensión muscular. Posturas tensas, dolores musculares y contracturas frecuentes, tics.
Pensar que cosas feas le van a pasar a los seres queridos. Principalmente aquellos con los que se sienten más seguros, sin importar si es la mascota, un amigo o los padres.
Como vemos, en ocasiones podemos confundir síntomas de ansiedad con "berrinches" o pataletas, pensar que el niño está mimado o malcriado y dejarlo pasar. Muchos de estos síntomas pueden ser resultado de alteraciones del estado de salud física, por lo que es importante realizar una evaluación médica o neuropsicológica cuando se tiene sospecha.