El #alcohol es una sustancia química que se encuentra presente en diferentes tipos de bebidas y que se obtiene por procesos de fermentación y destilación de algunas materias primas como el maguey, la caña de azúcar, algunos cereales por poner algunos ejemplos. Legalmente la edad permitida para el consumo de #alcohol en México es a los 18 años, sin embargo, la realidad es que los adolescentes tienen acceso y la cifra de consumo arroja porcentajes altos en edades más tempranas, llegando a ser un problema donde ciertas dependencias al #alcohol se inicia entre los 13 y 15 años.
Bien es cierto que hay factores que influyen en que la concentración de #alcohol en la sangre no se eleve con tanta facilidad entre una persona y otra, elementos como lo es la estatura, el peso, la edad, la tolerancia, la velocidad con que se toma, si se han consumido o no alimentos recientemente y la hidratación que se tenga en el momento de que se bebe #alcohol.
Sin importar la edad de consumo, el #alcohol es una sustancia nociva a la salud, principalmente cuando las cantidades de consumo son altas y/o frecuentes, dañando varios órganos de nuestro cuerpo como lo son el corazón, riñones, sistema digestivo, hígado y cerebro. Algunas de las secuelas pueden no ser a corto plazo como son en la mayoría de los órganos mencionados, sin embargo, en nuestro cerebro, es altamente frecuente observar conductas que nos hacen identificar que algo comienza a ser distinto con la personalidad o el estado de ánimo de una persona.
¿Cuáles son los efectos que el alcohol tiene en el cerebro?
La pérdida de funciones relacionadas al efecto del #alcohol en nuestro cerebro se va observando en forma escalonada y gradual, es decir, no todas las funciones se alteran al mismo tiempo y se pueden ir agravando si el consumo se continúa haciendo en un mismo momento, además de las consecuencias que se quedan permanentes cuando el consumo de #alcohol se realiza con frecuencia.
Al ingresar el #alcohol en el torrente sanguíneo y alcanzar niveles que ya no logran ser metabolizados por nuestro hígado, el cerebro comienza a bajar su funcionamiento por partes, tiene un efecto sedante es así como primero se produce una de tensión, se alcanza una desinhibición en expresiones o conductas que no se harían con la misma ligereza de autopercepción y se siente una euforia leve. En estas circunstancias una persona comienza a hacer cosas que usualmente no haría.
Siguiendo el consumo de #alcohol por más tiempo, en nuestro cerebro se alteran áreas que se relacionan con la pérdida de la coordinación, ello se traduce en la falta de equilibrio, las acciones comunes como caminar, hablar, tomar el vaso o alguna cosa se hace con torpeza o bruscamente; la vista se complica el enfocar y es ligeramente borrosa, es cuando la expresión cotidiana de “ver doble” entra en juego, entre otros síntomas. La euforia por el efecto de #alcohol aumenta, el control de impulsos se compromete y por ello el medir riesgos se minimiza o se incita con facilidad que expresiones de agresividad o sentimientos intensos surjan de forma arrebatada.
Dependiendo de la medida de tolerancia del índice de #alcohol en el cuerpo, hay personas que reaccionan con mayor facilidad a un efecto en el cerebro de somnolencia cuando la consciencia está implicada, una forma de autoprotección del cuerpo para dejar de beber y no tener mayores consecuencias en nuestra salud y estar a la deriva de un coma etílico.
Consecuencias en el cerebro del consumo de alcohol prolongado
El cerebro se ralentiza de forma permanente. Los mensajes viajan entre las células cerebrales. El ritmo de pensamientos y sentimientos se ralentiza. La forma en la que el cerebro habla con el resto del cuerpo cambia.
El cerebro se encoge. Con el tiempo, la estructura del cerebro cambia. Es posible tener problemas para dormir menos profundamente. Pueden ocurrir problemas de estado de ánimo y memoria.
El #alcohol es especialmente tóxico sobre las neuronas, produce una lesión y pérdida permanente. También sobre los nervios periféricos relacionados a la coordinación motriz.
Se relaciona con el desarrollo de demencia (pérdida de memoria y deterioro cognitivo), enfermedades como el síndrome de Wernicke –Korsakoff también relacionado a la memoria
Las reacciones emocionales y de comportamientos del carácter pueden ser reactivas y generar más picos de ira o depresivos.
Además de los trastornos asociados al grado de dependencia alcohólica (síndrome de abstinencia, encefalopatía alcohólica, etc).
En este sentido sobre la adicción al #alcohol, es importante estar alerta de la frecuencia de ocasiones con que se consume, a veces las señales de dependencia son más sutiles que con otro tipo de drogas con justificaciones como: estoy cansando, unas para relajarme/desestresarme, con eso duermo mejor, es un día importante, esto no se hace todos los días.
El abuso e interés de tener efectos como los comentados anteriormente es lo que se considera significativo. La dependencia de #alcohol puede estar relacionada con la evasión de una realidad y el querer provocar la disminución de sensación de ansiedad o sentimientos de tristeza, que si bien logran tal efecto por la acción sedante e hipnótica que tiene, también genera al pasar la llamada “cruda”, que las emociones se tengan con mayor intensidad y por ello se llega a beber en menores lapsos ya no esperando a fines de semana o ciertas fechas. Esto a su vez, puede crear disfunción en las actividades diarias de cada persona como el trabajo, la escuela, problemas en la familia, productividad, etcétera.
Ante situaciones de este tipo que ocurran contigo o de un conocido, acciones como el buscar concientizar y brindar ayuda con profesionales que tengan preparación sobre el tema de adicciones es una forma de buscar detener los riesgos a los cuales se pueden estar exponiendo tanto de salud como de accidentes o situaciones que atenten contra la integridad personal. Es relevante insistir en decirle a esa persona que no está sola y hacer saber sobre las personas que pueden ser redes de apoyo que estarán dispuestos a acompañar, esto implica que es casi un hecho que los estilos de relación familiar necesiten cambios ya que el consumo de #alcohol tiene una alta transmisión genética sumada la repetición de patrones familiares de adicción.