Hablar de #adolescencia nos invita a pensar en el desarrollo juvenil, el conflicto, la crisis, el estirón, la edad de la punzada, etc. Asimismo, “la personalidad adolescente” es aceptada comúnmente, como una transición natural hacia la identidad adulta. Justo en la #pubertad la vida del #niño se re-organiza de tal forma que introduce al joven en una metamorfosis biológica, psicológica y social, lo que implica una transformación total de su #identidad, #autoestima y #valores. Ya desde los años 70´s los psicoanalistas Aberastury & Knobel, propusieron el “trastorno normal de la adolescencia” como una manera de explicar este proceso. Donde señalaron qué debido a la multiplicidad de cambios físicos vividos por el #adolescente, así como “los duelos” elaborados inconscientemente durante esta etapa de la vid, organizan y caracterizan la personalidad de los #jóvenes adolescentes.
¿Pero a que duelos se refiere?
Desde el psicoanálisis el duelo es algo que va más allá de un #dolor de orden psíquico, un pesar o una aflicción. Que sin embargo supone un desafío hacía la propia estructura de la persona. Por ejemplo, en los adolescentes el rol #infantil frente a sus padres, la pérdida del cuerpo infantil, así como la fantasía omnipotente de los padres de la infancia. Son duelos necesarios que el adolescente debe de transitar ya que no puede ignorarles, lo que orillan al joven a enfrentar las frustraciones de la vida, con sus propios recursos y #aptitudes.
Contexto que en muchas ocasiones modifica profundamente la relación con sus padres y familiares. De ahí que las fantasías en la adolescencia ocupan un lugar muy importante ya que en ellas se expresa el aún latente “fantasma omnipotente y narcisista” que el adolescente en ocasiones necesita ser, para tolerar la demanda a la cual es sometido por el entorno.
Crecer no es fácil y el joven, al ser incapaz de renunciar a la satisfacción narcisista que se vive en la infancia, procurará recobrarla de manera temporal proyectando frente a él, un ídolo o ideal para seguir e imitar. El cual dicho de otra forma; no deja de ser, el sustituto del narcisismo perdido de su infancia. De ahí que la identidad, autoestima y valores del joven se ponen en juego bajo esta transición. #Personalidad y comportamiento que para los adultos puede parecer errático o infantil, por otro lado también denota un repertorio de creatividad sorprendente. Un poco de locura, cordura y crisis en una persona que antes fue un “tranquilo niño o niña”.
“La adolescencia es el periodo de tiempo que cada persona se toma para curarse de los cambios y crisis que la pubertad despertó e inauguró”.
Psic.Omar Ramirez.
Psicólogo de Niños, adolescentes y adultos
Asociación Libre - Psicólogos en Monterrey