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Artículos sobre Ayuda Psicológica

  • 8 ago 2024
  • 3 Min. de lectura
Existen múltiples factores que en conjunto determinan que una relación sea próspera o no, sin embargo, los procesos de psicoterapia te ayudan a conocerte mejor, conocer a tu pareja y también, a encontrar mejores maneras de convivencia que fortalezcan vínculos sanos.

A lo largo de nuestra vida hemos crecido con una idea del #amor muy distinta a lo que en realidad sucede en las relaciones de pareja, afortunadamente y de manera cada vez más frecuente se ha comenzado a tener una cultura distinta en la que se ha popularizado el romper con estos mitos del #amorromántico que los cuentos de Disney o las telenovelas suelen presentar, demostrando con ello que esto no es un reflejo de lo que pasa en un noviazgo o matrimonio.


El #amorromántico nos muestra ideas falsas que conllevan a expectativas irreales de una relación de pareja, de cómo debería ser y comportarse la misma e incluso de cómo debería comportarme yo en ella. Si bien, algunas de estas ideas en su mayoría pueden estar presentes al inicio de las relaciones, se espera que con el tiempo se modifiquen para que los vínculos sean más sanos y maduros.


Podemos decir que al comenzar las relaciones se da el proceso del enamoramiento, en el cual existen cambios biológicos que incluso influyen en algunas de estas manifestaciones de las que queremos hablar y la primera, es la relacionada a la idealización de la pareja que va generando que la percibamos de manera poco realista, sobrevalorando sus cualidades y minimizando defectos. Sin embargo, respecto a ello podemos decir que este enamoramiento desactiva la vía neuronal responsable de ciertas emociones como el juicio social, por este motivo, la parte del cerebro que nos ayuda a realizar evaluaciones críticas de otras personas, incluidas nuestra pareja, se cierra y de ahí que la forma en que la detectamos no sea objetiva. Con el tiempo, se espera que se pueda lograr una valoración de la pareja realista, que incluya tanto sus virtudes, como también que se le vea con la posibilidad de errar como cualquier ser humano lo hace.


Otra manifestación del #amorromántico es considerar que estos pequeños defectos que por ahora se detectan, como pueden ser relacionados al carácter, al temperamento o incluso la presencia de hábitos nocivos, con el paso del tiempo se verán atenuados o que a través del amor se puede ayudar a cambiarlos y lamentablemente es una visión que tiende a ser equivocada, pues aunque es posible que una persona pueda modificar cualquiera de estos aspectos, ello conlleva un arduo trabajo, en el que dé inicio tiene que estar presente el deseo individual de quererlo hacer, también, fuerza de voluntad, persistencia e incluso, en muchas ocasiones, el apoyo de un proceso de psicoterapia.


El amor romántico nos muestra ideas falsas que conllevan a expectativas irreales de una relación de pareja. Si bien, algunas de estas ideas en su mayoría pueden estar presentes al inicio de las relaciones, se espera que con el tiempo se modifiquen para que los vínculos sean más sanos y maduros.

Cuando existe prevalencia de la etapa de #enamoramiento la desactivación neuronal también ocurre en emociones como el miedo y, por tanto, es que en estos momentos puedan tomarse decisiones más rápidas e incluso llegar a ser impulsivas. Por el contrario, en épocas posteriores en las que una pareja ha madurado, ambos pueden reflexionar sobre los aspectos favorables y en contra de una situación en particular para poder tomar una mejor decisión y con la que se sientan tranquilos.


Llegar a un estado de madurez en una relación de pareja no es un proceso sencillo pues implica un trabajo de conocimiento, análisis y gestión emocional individual pues de lo contrario, es difícil que se logre este trabajo en conjunto. Cuando uno de los integrantes de la relación no se encuentra dispuesto a trabajar sobre sí mismo se puede caer en ideas poco sanas de las relaciones, como es la de “la media naranja” que tiene que ver con la necesidad de encontrar a una persona que viene a complementar tu vida para hacerte sentir feliz, sin embargo, en ello se perpetúa la percepción de estar incompletos y, por ende, con menor felicidad mientras no se tenga una pareja.


También, hemos escuchado la frase de “el amor todo lo puede”, la cual puede ser una predisposición que genere forzar permanecer con quien se ha elegido como pareja para superar todo tipo de conflictos, lo cual puede ser sumamente peligroso pues está negando la posibilidad de salir de un vínculo que pueda ser perjudicial.


Finalmente, existen múltiples factores que en conjunto determinan que una relación sea próspera o no, sin embargo, los procesos de psicoterapia te ayudan a conocerte mejor, conocer a tu pareja y también, a encontrar mejores maneras de convivencia que fortalezcan vínculos sanos.















Lic. Carolina Villarreal

Psicóloga clínica

Asociación Libre Monterrey

Aunque en la actualidad ha habido un gran avance respecto a la información que es transmitida en temas de salud mental, considerar informarnos con profesionales es indispensable si creemos que estamos teniendo problemas con nuestras emociones, con la finalidad de que nos ayuden a identificar lo que nos pasa, hacer un diagnóstico preciso y que nos oriente para obtener la ayuda que requerimos.


A pesar de que la mayoría de nosotros hemos escuchado el término #trastornodeestréspostraumático, pocos sabemos con exactitud a qué se refiere o qué síntomas se experimentan en el mismo como para identificar si lo estamos padeciendo e incluso, si alguien cercano a nosotros puede tenerlo.


Inicialmente, es importante saber que la angustia psicológica que aparece después de la exposición a un evento traumático o estresante es bastante variable en cada persona. En algunos casos, los síntomas pueden expresarse en ansiedad o miedo, sin embargo, muchas personas que han estado expuestas a un evento traumático o estresante también pueden exhibir ira y agresividad. Estas expresiones variables que se presentan después de la exposición a eventos catastróficos o aversivos han generado que se agrupen en varios trastornos: trastorno de apego reactivo, el trastorno de compromiso social desinhibido, el trastorno de estrés postraumático (TEPT), el trastorno de estrés agudo, los trastornos de adaptación y el trastorno de duelo prolongado.


Sin embargo, el que explicaremos con detalle es el #trastornodeestréspostraumático (TEPT), apoyándonos en El Manual Diagnóstico de los trastornos mentales en su quinta edición, mismo en el que incluye los siguientes puntos a cubrir para adolescentes, adultos y niños mayores de 6 años:


A.      Exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, ya sea real o amenaza, en una (o más) de las formas siguientes:

1.       Experiencia directa del suceso (s) traumático.

2.       Presencia directa del suceso (s) ocurrido a otros.

3.       Conocimiento de que el suceso(s) traumático(s) ha ocurrido a un familiar próximo o a un amigo íntimo. En los casos de amenaza o realidad de muerte de un familiar o amigo, el suceso(s) ha de haber sido violento o accidental.

4.       Exposición repetida o extrema a detalles repulsivos del suceso(s) traumático(s) (p. ej., socorristas que recogen restos humanos; policías repetidamente expuestos a detalles del maltrato infantil). Nota: no se aplica la exposición a través de medios electrónicos, televisión, películas o fotografías, a menos que esta exposición esté relacionada con el trabajo.

 

Un hombre cubriendo su rostro por ansiedad.
Los síntomas del TEPT pueden expresarse en ansiedad o miedo, sin embargo, muchas personas que han estado expuestas a un evento traumático o estresante también pueden exhibir ira y agresividad.

B.      Presencia de uno (o más) de los síntomas de intrusión siguientes asociados al suceso(s) traumático(s), que comienza después del suceso(s) traumático(s):

1. Recuerdos angustiosos recurrentes, involuntarios e intrusivos del suceso(s) traumático(s). Nota: En los niños mayores de 6 años, se pueden producir juegos repetitivos en los que se expresen temas o aspectos del suceso(s) traumático(s).

2. Sueños angustiosos recurrentes en los que el contenido y/o el afecto del sueño está relacionado con el suceso(s) traumático(s). Nota: En los niños, pueden existir sueños aterradores sin contenido reconocible.

3. Reacciones disociativas (p. ej., escenas retrospectivas que incluyen breves intrusiones visuales o sensoriales como son flashbacks) en las que el sujeto siente o actúa como si se repitiera el suceso(s) traumático(s). Nota: En los niños, la representación específica del trauma puede tener lugar en el juego.

4. Malestar psicológico intenso o prolongado al exponerse a factores internos o externos que simbolizan o se parecen a un aspecto del suceso(s) traumático(s).

5. Reacciones fisiológicas intensas a factores internos o externos que simbolizan o se

parecen a un aspecto del suceso(s) traumático(s).

 

C.      Evitación persistente de estímulos asociados al suceso(s) traumático(s), que comienza tras el suceso(s) traumático(s), como se pone de manifiesto por una o las dos características siguientes:

1. Evitación o esfuerzos para evitar recuerdos, pensamientos o sentimientos angustiosos acerca o estrechamente asociados al suceso(s) traumático(s).

2. Evitación o esfuerzos para evitar recordatorios externos (personas, lugares, conversaciones, actividades, objetos, situaciones) que despiertan recuerdos, pensamientos o sentimientos angustiosos acerca o estrechamente asociados al suceso(s) traumático(s).

 

D.      Alteraciones negativas cognitivas y del estado de ánimo asociadas al suceso(s) traumático(s), que comienzan o empeoran después del suceso(s) traumático(s), como se pone de manifiesto por dos (o más) de las características siguientes:

1. Incapacidad de recordar un aspecto importante del suceso(s) traumático(s) (no a factores como una lesión cerebral, alcohol o drogas).

2. Creencias o expectativas negativas persistentes y exageradas sobre uno mismo, los demás o el mundo (p. ej., “Estoy mal,” “No puedo confiar en nadie,” “El mundo es muy peligroso,” “Tengo los nervios destrozados”).

3. Percepción distorsionada persistente de la causa o las consecuencias del suceso(s) traumático(s) que hace que el individuo se acuse a sí mismo o a los demás.

4. Estado emocional negativo persistente (p. ej., miedo, terror, enfado, culpa o vergüenza).

5. Disminución importante del interés o la participación en actividades significativas.

6. Sentimiento de desapego o extrañamiento de los demás.

7. Incapacidad persistente de experimentar emociones positivas (p. ej., felicidad, satisfacción o sentimientos amorosos).

 

E.       Alteración importante de la alerta y reactividad asociada al suceso(s) traumático(s), que comienza o empeora después del suceso(s) traumático(s), como se pone de manifiesto por dos (o más) de las características siguientes:

1. Comportamiento irritable y arrebatos de furia (con poca o ninguna provocación) que se expresan típicamente como agresión verbal o física contra personas u objetos.

2. Comportamiento imprudente o autodestructivo.

3. Hipervigilancia.

4. Respuesta de sobresalto exagerada.

5. Problemas de concentración.

6. Alteración del sueño (p. ej., dificultad para conciliar o continuar el sueño, o sueño inquieto).

 

F.       La duración de la alteración (Criterios B, C, D y E) es superior a un mes.

 

G.     La alteración causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

 

H.      La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., medicamento, alcohol) o a otra afección médica.

 

Es importante mencionar que los síntomas no siempre aparecen de inmediato y generalmente, se hacen presentes dentro de los primeros 3 meses después del trauma, aunque puede retrasarse más, incluso hasta años para que se cumplan todos los criterios para el diagnóstico y ello, puede denominarse “expresión tardía”.


La expresión de los síntomas puede variar en intensidad por varios factores y estos están asociados a las condiciones individuales de cada persona antes del suceso traumático, es decir, sus rasgos de personalidad, la presencia de trastornos de personalidad ya diagnosticados, los recursos emocionales para afrontar adversidades, las redes de apoyo con las que cuente, entre otros aspectos.


Finalmente, si haz identificado que puedes cumplir con estos criterios o incluso, que alguien cercano a ti lo hace, estarán experimentando un nivel de malestar emocional importante, que seguramente ha generado pensamientos asociados a que nunca se va a poder tener una vida normal, que ya no se podrá ser feliz, entre otros, sin embargo, ello puede tratarse a través de la psicoterapia y no como una forma de eliminar el suceso difícil por el que se atravesó, sino para aprender a vivir con ello de una mejor forma.















Lic. Carolina Villarreal

Psicóloga clínica

Asociación Libre Monterrey



¿Qué pasa cuando uno de los padres se desentiende de los hijos?

El divorcio es la acción de disolver el vínculo matrimonial a través del ámbito legal, sin embargo, para la psicología representa un duelo, debido a que implica el proceso de sufrimiento emocional luego de la ruptura de una relación de pareja. Este tipo de eventos no solo suelen ser complicados para quienes tenían el vínculo como cónyuges, sino que son también un proceso difícil para todos los integrantes de la familia. 


En este punto, me parece importante aclarar que, aunque se utiliza la palabra #divorcio, este impacto emocional aparece independientemente de que la pareja que se separa haya decidido o no, contraer matrimonio durante su vida juntos, así como en los #hijos que procrearon. Es necesario reconocer que en muchas situaciones el #divorcio o la separación pueda ser la opción más viable para contribuir a cuidar la integridad física y/o emocional de los integrantes de la familia, por lo que la intención del escrito no es juzgar ésta decisión ya que incluso, las ideas asociadas a que la pareja permaneció junta por no causar un daño emocional, pueden propiciar lo mismo que un divorcio, más bien, lo que se pretende es reflexionar sobre los aspectos que pueden incrementar el impacto en los #hijos o, por el contrario, mitigarlo cuando se determina esto.


Estos aspectos de los que hablamos están relacionados en gran medida a la forma en que los #padres manejan la situación, por tanto, es primordial recurrir a tratar de abordarla con la mayor madurez que sea posible, reconociendo inicialmente que el rol y la responsabilidad como padre o madre permanece ante esta decisión y que es posible e incluso favorecedor seguir trabajando en conjunto para ayudar a que las repercusiones ante la separación sean menores. 


¿Qué pasa cuando uno de los padres se desentiende de los hijos?, es común la presencia de tristeza, también puede haber una imagen ambivalente hacia la figura parental que no está, por una parte, añoranza, pero también enojo y ello, incidir en sus relaciones futuras, sin embargo, también en lo inmediato es posible que el progenitor activo en su función pueda tener sensaciones de culpa y buscar resarcir a través de una sobreprotección, con excesivo cuidado y compensando materialmente a fin de que cubrir carencias afectivas, no obstante, por el contrario pudiera haber una figura intolerante ante el cansancio de estar cubriendo individualmente la responsabilidad. 


Otro aspecto importante es tener comunicación con los #hijos cuando ya se tiene establecida firmemente la decisión a fin de darla a conocer, explicarles el hecho de que representará cambios en la dinámica familiar que habían tenido hasta el momento y que requerirá de cierto esfuerzo de todos para alcanzar su adaptación, sin embargo, cuidar la información que se proporciona es primordial pues se debe saber hasta dónde están listos para escuchar, lo cual seguramente no incluye lo que sucedió entre sus padres adultos pues los hijos infantes o adolescentes carecen de la madurez emocional que evite el que se involucre y genere alianzas con algún progenitor a través de la sensación de injusticia, malestar, molestia e incluso, rechazo hacia la otra figura parental y aunque no se esté fomentando que se comuniquen mentiras, tener precaución en lo que se pueda decir es importante, así como en las posibles conversaciones o discusiones que lleguen a existir frente a ellos o cerca. 


Dicho comportamiento en un adulto puede ser difícil cuando se está atravesando por un período complicado en su vida que le está involucrando dolor, tristeza, enojo y otras emociones, pero trabajarlo individualmente a través del apoyo de una #psicoterapia puede beneficiar enormemente la forma en cómo se maneja ante los hijos ya que estos en muchos momentos llegan a tener dudas, tristeza, ansiedad, confusión, culpa y enojo y ello contribuir a que como adultos se actúe en función a esto y seguir perjudicando las relaciones que se tienen con estos. Por tanto, tener apoyo a nivel familiar resulta una opción viable ya que ayudaría a los padres con la forma en que se requieren ir abordando las temáticas, pero también podría beneficiar a los hijos para el acompañamiento y transitar este episodio de mejor manera. 












Lic. Carolina Villarreal

Psicóloga clínica


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